Segunda RFEF

El Hércules escapa vivo de la jaula de la Penya

Los tantos de Juanmi y De la Nava permiten a los alicantinos remontar en el pequeño campo municipal de Sant Miquel de Balansat

El quinto triunfo en seis jornadas mantiene a los blanquiazules como colíderes después del triunfo del Lleida en casa, en el descuento

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Un siglo de existencia da para mucho, hasta para ver tres barbacoas bien lustrosas justo detrás de la portería en la que marcas el gol del triunfo en una remontada. El fútbol modesto es una alfombra de caucho en mitad de una pinada frondosa, el único en el que se puede jugar en una baldosa, y no por la preciosidad del estilo, sino por las estrecheces con las que toca lidiar. El Hércules merece estar donde está, se lo ha ganado a pulso, pero le toca salir ya. Ninguna agonía es eterna y 15 puntos de 18 posibles son una gran cosecha, un comienzo magnífico, ojalá que no se tuerza.

Costó ganar. Siempre cuesta. Nadie se pasea en los campos pequeños en los que los límites del área están al lado del fuera de banda. Es muy difícil encontrar huecos en la espesura de 22 hombres luchando por el mismo metro cuadrado, por eso Rubén Torrecilla modificó el plan. 

Reforzó la defensa con un tercer central (Ryan Nolan) justo por detrás de César Moreno, más expeditivo que Mangada y, supuestamente, con mejor disparo desde fuera del área, un arma crucial en este tipo de duelos sin pasillos.

Con De la Nava y Diego Lorenzo solucionó la obligación de jugar en largo para librarse de la presión y crear segundas jugadas. Apostó por la verticalidad de los laterales y las diagonales de Ketu para generar superioridad y ayudar a pasar más tiempo en campo contrario, con o sin pelota, que es lo que perseguía el entrenador blanquiazul desde el pitido inicial.

La idea era sostenible y el banquillo visitante una provocación para cualquier técnico de la categoría al que te enfrentes. Funcionó. Los alicantinos ganaban todos los pulsos y apenas daban opción de jugar a su adversario en las inmediaciones de Abad.

La aparición señorial de Carlos Abad en la última acción del partido da a los visitantes tres puntos muy trabajados

En la mejor acción de la primera parte, César roba en el círculo central, se apoya rápido en Colominas, que asiste a Diego Lorenzo en carrera para que este resuelva en un mano a mano con el portero. El control es malo y el delantero del Rayo desperdicia la ventaja por un pelo. La superioridad visitante aventuraba el 0-1, pero la del balompié tampoco es una ciencia exacta, así que, en la única llegada ibicenca, Josema actúa para desactivar la acción ofensiva. El colegiado señala falta en la frontal e Isuardi acaricia el cuero antes de posarlo con mimo sobre la hierba falsa. Su golpeo directo es malo, choca contra el pico de la barrera lo justo para evitar la parada fácil de Abad, invertir el trazo de la parábola y tocar por dentro la red: 1-0, con más de 70 minutos aún por disputarse.

El Hércules, preparado de inicio para un tipo de contienda en el que no le tocara arriesgar, exponerse innecesariamente, encajó mal un golpe que le dejó aturdido un cuarto de hora. En ese espacio de debilidad visitante, la Penya dispuso de tres ocasiones claras para amarrar su primer triunfo en liga. Las malgastó, y justo ahí, entre los lamentos de una grada muy animosa, se desperezó el equipo alicantino y comenzó a trabajar de veras para cimentar su triunfo.

Volvió a arrinconar en su mitad de baldosa al equipo insular y se inventó el empate antes del descanso con una caída a banda de César Moreno para prestar apoyo a Ketu en su arrancada. El camerunés percibió el arrastre y le sirvió el balón. El cartagenero levantó la cabeza y encontró la referencia que buscaba. Centró al corazón del área y allí si hizo inamovible la envergadura de Carlos de la Nava, que acomodó el interior del pie para batir a Lucas, que no pudo hacer nada más que caerse.

La apuesta táctica de Torrecilla, arriesgada, le da la razón a pesar de volver a sufrir detrás más de lo necesario al final

En la segunda parte, el fútbol continuó a trompicones. Idas y venidas. Fútbol directo buscando un rechace, el fallo, un balón suelto cerca de la línea de gol, que eran casi todos por las estrecheces del campo municipal de Sant Miquel de Balansat. Primero la tuvo Navas, muy clara, pero su disparo raso, seco, lo detuvo con el pie Carlos Abad, listo, rápido de reflejos.

Después, el autor del primer tanto visitante enganchó una volea en la frontal y el balón se marchó justo por encima del larguero. Alvarito, que entró en la primera rotación junto a Mangada, se anticipó a todos en la frontal en un balón que llegó hasta allí llovido, pero a su golpeo le faltó dirección y se topó con Lucas, el principal enemigo de los blanquiazules durante todo el encuentro.

Más ganas que el rival

El Hércules no dejó de bregar, de llevarse duelos, de chocar, de pelear cada pelota dividida a pesar de la dificultad para darle continuidad al ataque, a la circulación. Hay partidos que se tienen que ganar por arrastre, por cabezonería, sin brillo, sin apenas diversión, ceñidos a la extraña hermosura de los triunfos en la cuarta categoría, esos sin un claro dominador, sin un estilo que arranque aplausos exquisitos

En uno de los muchos centímetros ganados con pierna dura, el colegiado señaló una falta a favor de los alicantinos. Torrecilla, muy cerca de Mangada pese a llamar su atención desde el área técnica, le marcó la jugada sin necesidad de gritar, sin dar pistas. El alicantino, con un golpeo sutil, casi de memoria, puso el balón justo en el hueco por el que se colaba Juanmi llegando con mucha energía desde atrás.

La defensa insular, incomprensiblemente, se dejó olvidado ese agujero en el reparto de marcas y el central picó la bola con la cabeza y celebró con rabia el 1-2. El entrenador apostó entonces por Artiles y Galvañ para que sus hombres no interpretaran que tocaba echarse atrás a esperar al final del choque. Logró su cometido a medias. En el descuento, la cercanía de los tres puntos, inconscientemente, llevó a los visitantes a replegarse, a no querer exponer, a protegerse de más. La Penya colgó una pelota a la desesperada y de no ser por Carlos Abad, otra vez, el sartenazo en la cara se hubiera escuchado en el Benacantil. Esta vez la bala pasó cerca, rozó el dedo gordo del pie, pero tener un portero diferencial también es propio de los equipos campeones, así que todo cuadra.

FICHA TÉCNICA

Segunda RFEF | Grupo 3 | Jornada 6

PENYA INDEPENDENT (1): Lucas, Revuelta, Marcos, Machuca (Ibrahim, 59’), Vicent, Espinosa, Borja, Juanma, Rayco, R. Navas (De la Cruz, 59’) y Isuardi (Losada, 70’).

HÉRCULES CF (2): Carlos Abad, Samu Vázquez, Josema, Juanmi, Ryan Nolan, Candelas, César Moreno (Mangada, 65’), Roger Colomina (Galvañ, 83’), De la Nava, Ketu (Artiles, 83’) y Diego Lorenzo (Alvarito, 65’).

GOLES: 1-0, Min. 17: Jaime Isuardi. 1-1, Min. 34: Carlos de la Nava. 1-2, Min. 74: Juanmi García.

ÁRBITRO: Jerónimo Montes García-Navas (Madrid). T. Amarillas: a Espinosa, Navas, Isuardi y Revuelta, de la Penya, y a Samu Vázquez, Galvañ y Candelas, del Hércules.

ESTADIO: Municipal de Sant Miquel de Balansat (Ibiza). 400 espectadores, 50 de ellos del Hércules de Alicante.