Fauna en peligro

Tráfico ilegal de simios en alza: hasta 100.000 dólares por un chimpancé

Denuncian las lagunas de la legislación actual, que favorece el comercio de especies protegidas

La entidad Proyecto Gran Simio denuncia el "grave error" de permitir la venta de animales amenazados que han nacido en cautividad

Tráfico ilegal de simios en alza

Tráfico ilegal de simios en alza / Kathrine Andi

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

En el mercado negro, se puede llegar a pedir hasta 100.000 dólares a un comprador extranjero que esté interesado en comprar en África un chimpancé con documentación falsa que acredita que es un ejemplar nacido en cautividad, aunque, en realidad, ha sido capturado de la naturaleza.

Para un bebé gorila, los precios pueden llegar hasta los 250.000 dólares y hay casos en los que se ha superado el medio millón, como detalla el informe ‘Bosques vacíos’ elaborado por el investigador independiente Daniel Stiles para Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, que alerta de un importante crecimiento del tráfico ilegal de grandes simios que escapa a los controles y los acuerdos internacionales.

De hecho, la asociación española Proyecto Gran Simio, que se hace eco del estudio, denuncia que es un “grave error” que se permita el comercio y la venta de especies en peligro de extinción que hayan nacido en cautividad, y apunta a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITIES).

El tráfico de grandes simios sigue aumentando

El tráfico de grandes simios sigue aumentando / Efe

“Dentro del tráfico internacional, los bebés capturados en libertad son blanqueados por medio de CITES falsificados de nacimiento en cautividad, entrando de lleno en el mercado de venta mundial. CITES permite el comercio y venta de especies en peligro de extinción, como los grandes simios, que hayan nacido en cautividad”, explican.

Aumenta la demanda de animales exóticos

Según el informe, en las últimas dos décadas se ha incrementado la demanda de animales exóticos como mascotas, especialmente ejemplares jóvenes, un hecho impulsado por las redes sociales, a lo que se suma el comercio de la carne de animales silvestres o la industria de los zoológicos -en algunos casos autodenominados “centros de rescate o conservación”-, así como los safaris, que ejercen “cada vez más presión sobre la supervivencia de las especies en peligro de extinción”, y no sólo en los grandes simios, sino también en los primates y los grandes felinos.

En las últimas dos décadas se ha incrementado la demanda de animales exóticos como mascotas

En los mercados locales, el cuerpo de los grandes simios, en concreto partes como el cráneo o las manos, son un artículo muy codiciado por su uso en la medicina tradicional, los rituales o incluso por coleccionistas, instituciones académicas y artistas.

En definitiva, se trata de un amplio mercado negro sobre el que la pandemia puso el foco -se identificó que el virus pasó de un animal salvaje infectado a un humano- por la carencia absoluta de inspecciones o controles sanitarios en las importaciones ilegales de simios. Este hecho evidencia “el riesgo de introducir una o más enfermedades zoológicas a los seres humanos en los países de destino”, añade.

Los orangutanes están en peligro

Los orangutanes están en peligro / efe

Capturas organizadas

Stiles subraya que el sistema de caza furtiva se ha vuelto “más organizado” con el tiempo, con bandas de cazadores dirigidos por comerciantes y sus intermediarios, que dirigen las capturas y el transporte desde los bosques donde viven los simios hasta los centros urbanos, desde donde se exportan, normalmente en transporte aéreo, hacia mercados extranjeros, porque el envío por mar hacia Oriente Medio, Asia y Europa sería “difícil” de completar con éxito.

El investigador denuncia, además, que en la mayoría de los casos, para capturar a las crías acaban matando a la madre y al resto de simios que haya en los alrededores. Y en cuanto a los ejemplares capturados, si consiguen sobrevivir a la cacería, muchos de ellos mueren más tarde por las lesiones, las enfermedades o los malos tratos que reciben durante el cautiverio.

“Los gorilas bebés son particularmente difíciles de mantener con vida después de la separación de la madre”, recalca el documento, en el que se estima que entre cinco y 10 grandes simios mueren por cada uno que es capturado.

En paralelo a esta sangría, los santuarios africanos se encuentran cada vez más saturados por el incremento del número de rescates, y han de acoger aquellos ejemplares que han logrado salvarse del tráfico ilegal.

"La principal causa de tal impunidad es la corrupción que contamina la trastienda de autoridades e instituciones"

“Junto a la destrucción de hábitats, el resultado que se genera es la disminución de la progresión geométrica de las poblaciones en estado salvaje. Stiles y otros expertos experimentados en esta dinámica de tráfico internacional de grandes simios afirman que la principal causa de tal impunidad es la corrupción que contamina la trastienda de autoridades e instituciones que deberían estar fiscalizando y evitando el comercio ilegal”, afirma Proyecto Gran Simio, que recalca que el estudio “no ha tenido la repercusión  en forma de las acciones necesarias para parar el tráfico de grandes simios”.

Los dos países más activos en el tráfico ilegal de simios y primates son República Democrática del Congo y Guinea. En cuanto a los destinos con mayor demanda, destaca China, donde estos animales acaban siendo empleados como “accesorios fotográficos” o como “actores” en zoológicos comerciales y en parques de safaris.

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