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¿Por qué algunos países europeos nos tienen abandonados?

¿Por qué algunos países europeos nos tienen abandonados?

¿Por qué algunos países europeos nos tienen abandonados?

Raúl Mérida

Raúl Mérida

Holanda o Alemania han conseguido desde hace años tener un abandono cero. De hecho, Holanda se considera el primer país libre de abandono de la Unión Europea. Para comprender esta circunstancia y la sustancial diferencia que existe con España, habría que empezar por poner en valor una cuestión fundamental. Todos esos países llevan luchando por la protección de los animales desde el siglo XIX. Por ejemplo, en los Países Bajos, se creó la primera oficina para su protección en la Haya en 1864 y el primer albergue para animales abandonados abrió sus puertas en 1877.

En España, sin embargo, hasta el 1 de julio de 1927 el gobierno no obligó a los ayuntamientos a recoger los animales abandonados. Lo hizo emitiendo una real orden. La finalidad de la misma era atajar la cantidad de casos de contagio de rabia que se estaban produciendo.

Por el contrario, en 1886, en Holanda comenzaron a imponerse penas a los maltratadores. Además, a diferencia de España que acaba de aprobarla, a mediados del siglo XX ya nacieron allí las primeras leyes nacionales de salud, protección y bienestar animal. Con esas leyes se incentivaron muchos otros aspectos. Por ejemplo, se trabajó mucho la concienciación y los animales pasaron poco a poco a ser considerados como parte de la familia.

Por otro lado, dentro de los impuestos que se pagan allí por tener animales, siempre se ha incentivado la adopción de aquellos que no tienen raza y han sido abandonados, abaratando el coste a pagar por éstos.

También tienen un cuerpo especial de policía para perseguir el maltrato animal y, por supuesto, organizan campañas gratuitas de esterilización, tanto para albergues como para particulares. Esto último es muy importante.

El resultado es que Holanda, igual que otros países europeos, no tiene abandono. En nuestro país, por el contrario, todo lo anterior es ciencia ficción. Aquí cada año se abandonan cerca de medio millón de animales, una cifra que siempre se ha sospechado que podría ser mucho mayor, pero que, en cualquier caso, ya de por sí, resulta suficientemente abrumadora como para avergonzarnos.