SI ELLOS HABLARAN

Decir adiós a tu perro

Decir adiós a tu perro

Decir adiós a tu perro

Raúl Mérida

Raúl Mérida

A todos los que alguna vez me escribieron contándome la marcha de sus animales y en especial a ti, que tan mal lo estás pasando:

Dice la canción: “Cuando un amigo se va queda un inmenso vacío”

-Me la encontré hace años y, desde entonces, formaba parte del centro de mi vida.

Ya sé que dicen que no es posible, que no se puede querer tanto a un simple perro, que es sólo un animal, pero quizás me entiendan mejor si les cuento su historia.

Era una perrita pequeña, una bolita de pelo hecha cachorro.

Creo que cuando la encontré, lo primero que me atrapó de ella fueron sus grandes ojos. Sin embargo, poco a poco, con su cariño y su amistad, nos fue ganando a todos.

Estaba llena de miedos y resquemores de esos que sólo produce la vida.

Dicen que nadie nace ni muere cinco minutos antes ni cinco minutos después de tener que haberlo hecho. Ella llegó a mi vida en el momento justo, en ese en el que, aunque estés acompañado, uno comienza a sentirse sólo porque ya es incapaz de decir lo que siente.

Yo hablaba y le contaba. Ella, sin entender nada, me escuchaba. Creció y cruzó la frontera que separa al cachorro del adulto.

A mí me gustaba pasear a su lado y sentirla cerca, verla olfatear el cielo mientras su mirada se perdía entre las nubes. Cuento entre mis recuerdos por miles, los paseos que di a su lado. Pero el tiempo pasó y, casi sin darme cuenta, ella envejeció.

Y una mañana, cansada de pasar enfermedades y de tanto luchar, decidió dejarme.

La encontré acurrucada, fría y sin vida.

Lloré durante días-.

Dice la canción: “Que sólo puede llenar la llegada de otro amigo”.

-Me han regalado otro perro. Pensé que nunca más tendría pero así es la vida. Es curioso, mirándole muchas veces encuentro en sus ojillos la mirada de aquella otra perra que tuve. Sé que puede parecer una locura, pero ha conseguido ayudarme a recordarla con una sonrisa. Ahora salgo de nuevo a pasear a diario.

Me gusta verle pararse a oler en los mismos sitios donde la hacía ella. Las calles que me parecieron durante algún tiempo vacías, vuelven a estar llenas para mí.

La vida ha vuelto a regalarme la vida-.