PENSAMIENTOS ANIMALISTAS

Voluntariado para perros viejos

Voluntariado para perros viejos

Voluntariado para perros viejos / raúlmérida

Raúl Mérida

Raúl Mérida

Tenía ochenta años ya cumplidos y, pese a las cataratas que poblaban cada uno de sus ojos, veía mucho más allá que cualquiera de nosotros. Su voz siempre conseguía parar el tiempo, transformando cada silencio en una enseñanza.

-¿Sabes?- me dijo -Hace días que no duermo pensando en mis perras. Son tan mayores como yo. Quince años para un perro son muchos. Se pasan el día mirándome y se han acostumbrado tanto a mí, que hasta cojean como lo hago yo. Fíjate en sus patas, tiemblan como las mías por viejas y cansadas. Supongo que es normal, la edad no perdona. Pese a ello, nuestros paseos diarios siguen siendo sagrados. Al fin y al cabo, sabemos que cualquiera de ellos puede ser el último.

Te he pedido que vinieras porque necesito pedirte algo. Verás, no me queda mucho tiempo. El médico finalmente me lo ha confirmado. Cuando me lo dijo, no me puse triste ni preocupada. Nada de eso. Al revés, me dio igual, pensé que ya había vivido bastante.

Sin embargo, cuando las miré a ellas - Señaló a sus perras- Comencé a angustiarme de verdad. Supongo que lo entiendes, ellas son mi auténtica familia y no quiero que acaben en un albergue. Son muy mayores. No lo resistirían. Por eso, querría pedirte que me ayudaras a buscarles un hogar-.

Le abracé y me comprometí a hacerlo. No es fácil cuando son varios animales y además ancianos, pero gracias a las redes sociales lo conseguí. La mujer falleció finalmente, pero antes pudo llegar a saber con quién vivirían sus perras.

Sin embargo, solucionar caso a caso cada uno de las peticiones de ayuda de este tipo no es lo ideal. A menudo, hasta que se resuelven la angustia se dispara. Las autoridades deben organizar voluntariados especiales que puedan atender todos estos casos. Es esencial hacerlo mediante una estructura firme y sólida, sin fisuras, que garantice el bienestar animal. Se trata de algo que no cuesta dinero, en realidad, sólo hay que tener ganas de hacerlo.