Se suele decir que la comida enlatada (o conservas en lata) suele tener una vida útil de hasta 5 años, pero lo cierto es que a menudo, existen defectos de fabricación que impiden su consumo.

Es lo que ocurre con las latas de sardinas o cualquier otro pescado que se te ocurra: si abres una de estas latas y presenta alguna señal de mal conservación, lo mejor que puedes hacer es tirarla a la basura para evitar enfermedades como el botulismo.

Señales de que una lata de sardinas está en mal estado

  • La tapa se mueve hacia arriba o hacia abajo: si el almacenamiento y la conservación han sido los adecuados, no se debe mover en absoluto.
  • La lata tiene un golpe: puede que el sello hermético no sea el adecuado y la comida que esté dentro se encuentre en mal estado, con bacterias que pueden hacer peligrar tu vida.
  • La lata se ha oxidado, ya sea por la humedad o por cualquier otro factor.
  • La lata se ha hinchado, ya sea por congelación interna o por cualquier otro motivo. La bacteria Clostridium botulinum, causante del botulismo, provoca que la comida se expanda.
  • Existen burbujas o espuma al abrir la lata.
  • Mal olor.

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En cualquiera de estos casos, tira la lata a la basura y no la consuma. Podrías poner tu vida en riesgo por mucho que el producto, aparentemente, aún no esté caducado.