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Luis M. Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Otro verano

Passolini se defiende de la mentira política en "La larga carretera de arena"

Entre junio y agosto de 1959, Pier Paolo Passolini recorrió en un Fiat 1100 la "larga carretera de arena" desde Ventimiglia, en la frontera con Francia, a Palmi, en un extremo de Calabria, para alcanzar, acto seguido, Pachino, el punto más meridional de Sicilia y, finalmente, remontar la costa adriática hasta llegar a Trieste. Es uno de los viajes que siempre he querido hacer y que, al igual que otros muchos, jamás haré. No guardo un recuerdo completo e hilado de esa Italia litoral feliz, sino fragmentado. Queda en, cualquier caso, el consuelo de la hermosa crónica escrita para la revista "Successo", que ahora publica la editorial Gallonero.

Leerla supone imaginarse un verano que empieza, cuando realmente está a punto de concluir. Passolini escribía filmando: la prosa de "La larga carretera de arena" está llena de potentes imágenes visuales: "Llego a Ostia bajo un temporal azul como la muerte". O "Solo: Isquia y yo. Yo y miles de cosas, miles de personas. Todo nuevo".

Es la Italia que nace al "boom" de los años sesenta del pasado siglo con una capacidad intacta de sorpresa, tras asumir la felicidad de un tiempo de paz y no haber sido corrompida aún por el consumismo. La que tan sólo un par de años más tarde veríamos resignarse con cierto cinismo a la superficialidad en "Il sorpasso", aquella comedia magistral de Dino Risi, protagonizada por Vittorio Gassman, Jean-Louis Trintignant y Catherine Spaak.

La Italia de los políticos hipócritas que invocan las tradiciones muertas para sacar rentabilidad electoral por una mención supuestamente despectiva hacia Calabria del autor del libro, que sólo aspira a mantener vivo el sueño de la inocencia. Políticos oportunistas, como los de aquí, practicando el mismo y necio juego retórico.

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