Opinión | Las crónicas de Don Florentino

La conversación

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. / David Castro

He tenido acceso a la grabación de la conversación entre el presidente del gobierno y el nuevo líder de la oposición. No me pregunten cómo, porque habría de mentir. Dura más de tres horas, la mayor parte farfolla protocolaria, pero hay un momento que transcribo porque en mi opinión es el núcleo de esa primera reunión y quizás el condicionante que modere las relaciones futuras entre ambos líderes.

-Le pido que se comprometa usted en este mismo momento a no pactar ahora ni en el futuro con la ultraderecha.

El líder del PP esboza una sonrisilla, de esas que vienen a decir algo como: “Aquí te quería yo llevar”, se inclina hacia delante y extiende su mano hacia PS.

-Aquí tiene usted mi mano, con el compromiso solemne de no pactar en ningún territorio con Vox.

PS esboza una mueca de sorpresa y expectación. Sabe que algo viene después. Y solo acierta a articular un tibio

-Bueno…

NF continúa, sonriente.

-A cambio, en justa contrapartida, espero su compromiso firme, público y por escrito, de que no va usted a pactar con la extrema izquierda, con los nacionalistas separatistas ni con los herederos de ETA.

PS se da cuenta, pero es tarde. NF está lanzado.

-Tras ese compromiso deberá usted disolver su gobierno actual y nosotros le garantizaremos que podrá seguir gobernando hasta el fin de la legislatura, en solitario. Los pactos que necesite para sacar adelante iniciativas legislativas se harán con nosotros, que le aseguro haremos un esfuerzo para aceptar iniciativas, moderadas y realistas, en beneficio de toda la ciudadanía. A partir de las próximas elecciones hemos de adquirir el compromiso de permitir que gobierne la lista más votada, de esa forma gobernarán ustedes o nosotros con el apoyo leal de la oposición, pero sin tener que vender España a los caprichos de las minorías, como ha sucedido en muchas ocasiones. Ese compromiso será extensivo a la reforma de la ley electoral para evitar precisamente esta circunstancia atípica e injusta: hemos de hacer que en las elecciones legislativas haya una circunscripción única.

PS miraba a NF como las vacas al AVE, asistiendo a su discurso sin poder interrumpirlo. Ya en su cerebro se iba gestando el escenario de un nuevo bipartidismo que gobernaría España alejada de caprichos de unos y otros, de chanchullos, de dádivas y sin posibilidad de chalaneos variados.

-Le ponemos también la condición de que reduzca el gobierno a menos de 17 ministerios, reduzca en un 30 % el número de altos cargos y asesores, cancele la opereta de la mesa catalana y ajuste el déficit público a las normativas europeas. Solo esperamos eso y solo con eso tendrá nuestro apoyo hasta el final de la legislatura. Y luego… Que gane el mejor.

PS no articuló más palabras. Se levantó, acompañó a NF a la puerta y se retiró.

Al cabo de 20 minutos compareció en rueda de prensa: “La reunión ha sido cordial, pero es imposible llegar a acuerdos cuando una de las partes no realiza una sola propuesta constructiva que redunde en el bien de todas las españolas y los españoles”.

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