Las Clarisas duerme el sueño de los justos

El grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Elche no tiene opinión sobre el órdago que este martes les lanzó Compromís, su socio de gobierno, con era la propuesta de una cesión de las Clarisas a la Diputación Provincial para que instale allí su sede definitiva. Lo dijo la portavoz de la formación nacionalista, Esther Díez, no sin antes advertir que la prometida rehabilitación del edificio medieval (que yo definiría más como un parcheado, porque el inmueble está en la completa ruina) anunciada por el equipo de gobierno del que ella forma parte «no avanza». Y, si esto lo dice alguien que está metido de lleno en la gestión de la ciudad, ya se pueden imaginar qué quiere decir.

El interés que los socialistas, con el alcalde, Carlos González, como principal promotor, mostraron para deshacerse a través de una cesión durante 50 años de uno de los edificios más antiguos de Elche a través de una colaboración público-privada para que allí se instalara un hotel es inversamente proporcional a la desidia mostrada ahora por todos sobre esta iniciativa. Es más, los socialistas se han enterado de la misma al mismo tiempo que los periodistas porque Compromís, probablemente a sabiendas de que no le iba a gustar a sus socios, decidió apostar por hacer ruido. No en balde, se recordará, fueron los dos ediles nacionalistas los que pararon el proyecto hotelero de los socialistas y con eso se posicionaron en defensa del patrimonio local y de la responsabilidad en la gestión en una de las pocas veces que recuerdo lo han hecho con tanta claridad en este mandato.

Pica en Flandes

Curiosamente, el portavoz popular y candidato Pablo Ruz tampoco ha echado las campanas al vuelo pese a que su partido dirige el organismo provincial y todo lo que consiga colocar en Elche de aquí a mayo es como poner una pica en Flandes. Ruz se ha cogido a la letra pequeña de la propuesta y así, en unas declaraciones en Radio Elche-Ser, aseguró que no le parece bien que este inmenso patrimonio cambie de manos; es decir, que algo que al Ayuntamiento le costó un potosí se regale.

Compra

Y, la tercera pata de esta historia, la propia institución provincial, cuyo presidente Carlos Mazón anunció hace algunos meses que estaban buscando un edificio singular para la apertura de una sede en la ciudad y darle un carácter cultural, tampoco se ha pronunciado porque, y esto es algo que queda poco para que se oficialice, se va a licitar en breve una compra a través de una subasta. Ya les digo yo que las dos hojas de esta margarita son la sede del antiguo cine Capitolio (más tarde reconvertido a Zara) y el antiguo Casino, propiedad de la Fundación Mediterráneo, en la céntrica Glorieta.

Proyecto cultural

Es de una tristeza infinita viajar por cualquier ciudad de España y ver la puesta en valor de edificios como espacios culturales de primer orden mientras que en Elche las promesas se las lleva el viento con el patrimonio. El gobierno de la ciudad va a sacar un proyecto cultural para Carrús, del que hace seis meses nadie sabía de su existencia, porque el regidor considera que es la principal prioridad para el barrio más pobre de España, según el Ministerio de Hacienda. Pero en el centro del casco histórico, de la ciudad medieval, las Clarisas duermen el sueño de los justos.

Compromís ha tenido una buena idea, excelente, pero nadie ha recogido ese guante. Nadie ha dicho que se podría o debería estudiar, más bien todo el mundo ha hecho mutis por el foro. Ni ha habido debate. Dentro de cuatro meses, cuando los programas electorales inunden la ciudad, no se preocupen porque seguro que en todos aparece algún proyecto para las Clarisas. No sé si de cesión para hotel, de rehabilitación o de regalo, pero entonces todos nos dirán que sí tienen algo que hacer allí.