El cine Ideal

El cine Ideal se inauguró en octubre de 1925, construido en un solar de la avenida de Zorrilla, hoy avenida de la Constitución, según proyecto del arquitecto Juan Vicente Santafé y Arellano. Tenía capacidad para 1419 espectadores, repartidos entre las plantas baja y primera, llamadas zona de preferencia, y la de general, en el segundo piso, conocida popularmente como el “gallinero”, a la que se accede por la calle Artilleros. Hasta su cierre en febrero de 2003, allí se proyectaron miles de películas y también hubo combates de boxeo, conciertos de música, espectáculos líricos y obras de teatro, pues cuenta con un escenario tras la pantalla, con tramoya y con camerinos. El cine Ideal es un referente arquitectónico por ejemplificar el origen de la tipología cinematográfica y de su evolución desde el mimetismo teatral hasta la personalidad propia, y recuerdo que cuando llegó el cinemascope se suprimieron los palcos más próximos a la pantalla, para poder darle la amplitud necesaria. Es el único superviviente de los cines monumentales en Alicante y de los pocos de la Comunidad Valenciana y de España. Por ello, se creó en 2005 una plataforma específica, Salvem el Ideal, con multitud de acciones para evitar que se pierda esta importante pieza de nuestro patrimonio, cuya fachada es un buen ejemplo de "art decó" geometrizado, años veinte.

Pero ahora el interior del Ideal es una ruina sobre la que mucho se ha propuesto y nada se ha realizado. Así, se pensó como una sede de la Filmoteca del Institut Valencià de Cultura; el 22 de marzo de 2012 INFORMACIÓN publicaba que el antiguo cine Ideal se iba a reconvertir en “hospital odontológico”, una macroclínica dental, que supondría, incluso, la venida a Alicante de pacientes extranjeros; posteriormente desde la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana se manifiesta que "existe la voluntad política absoluta de adquirir el cine Ideal" y que "continuamos en comunicación con el propietario" para conseguir comprar el inmueble y convertirlo en un centro cultural para la ciudad; en enero de 2019 se confirma que el grupo inmobiliario Baraka, propiedad del empresario oriolano Trinitario Casanova, le había comprado a la sociedad "Herederos de Josefina Mingot" el edificio del antiguo cine Ideal de Alicante para reconvertirlo en un hotel de lujo gestionado por la cadena NH en la categoría Collection, con un presupuesto total de rehabilitación del inmueble y transformarlo en hotel de unos 18 millones de euros. La línea Collection engloba a los hoteles de gama alta de NH, que busca edificios emblemáticos en el centro de las principales capitales europeas y latinoamericanas, donde combinar la aplicación de los más altos estándares de confort y de atención al turista con el carácter local del inmueble y su oferta. El futuro hotel tendría más de 60 habitaciones, restaurante, gimnasio y lounge-bar, entre otras zonas comunes, y respetaría la fachada original del cine. Baraka planteó como horizonte para la apertura el año 2022.

Medio año después de ese acuerdo privado la Generalitat determinó la "inviabilidad" de adquirir el antiguo edificio al considerar que la tasación, entre 1,8 y 2,5 millones, distaba mucho del precio que cerró el grupo Baraka con los propietarios, que rondaría los 6 millones de euros. La decisión se tomó durante una reunión de la Junta de Valoración de Bienes del Patrimonio Cultural Valenciano de la Generalitat, tras analizar la documentación sobre la posibilidad de ejercer el derecho de retracto para la adquisición.

Actualmente el grupo Baraka trabaja en un proyecto para que el inmueble acoja el Centro de Innovación Cultural “Carmen Thyssen“, un espacio de tecnología avanzada que contaría con 50 obras propias de reconocidos autores y recibiría exposiciones temporales de cuadros de la baronesa. Esta iniciativa, que supondría olvidar definitivamente el hotel proyectado por Baraka, debe contar con la participación de la Diputación de Alicante, ya que sería la institución provincial la que se haría cargo de la gestión en régimen de arrendamiento durante veinte años para el "disfrute de alicantinos y turistas, poniendo especial atención en los jóvenes pintores de la provincia". La baronesa Carmen Cervera, por su parte, ha firmado recientemente un acuerdo con los propietarios del edificio por el que se comprometería a prestar "servicios de asesoramiento en materia de arte y de innovación cultural", participando además en actividades que se celebrasen en el centro cultural, que autoriza que lleve su nombre. Baraka habla que el proyecto, en total, contaría con una inversión 25 millones, que incluiría el coste de la compra del edificio, la rehabilitación —que ya se solicitó a Urbanismo para albergar un hotel de cuatro estrellas— y la puesta en marcha del centro cultural, que dispondría de la última tecnología expositiva. Desde la empresa de Trinitario Casanova no creen que haya problemas urbanísticos pues tanto el Ayuntamiento como la Generalitat siempre han querido dar un uso cultural al inmueble.

Mientras tanto, entre los proyectos de Baraka y la decisión del Consell de no acudir al derecho de retracto, el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, y Julia Parra, diputada de Cultura, anunciaron públicamente que Alicante en 2022 albergaría una sede del Museo Thyssen. La diputada aseguró que había tenido varias reuniones con la baronesa, a raíz del préstamo de una obra del Mubag para una exposición, surgiendo ahí el tema en el que baronesa se mostró muy ilusionada. Y añadió Julia Parra que concretar el lugar de la sede era prematuro, pero que sería un recinto emblemático.

Ahora el proyecto está a la espera de que la Diputación confirme su interés. Desde Baraka señalan que han entregado los informes que les han solicitado y están aguardando respuesta a un proyecto que se presentó hace meses. Fuentes de la institución que preside Carlos Mazón aseguran que siguen estudiando el proyecto, aunque admiten que podría no llegar a buen puerto ante posibles problemas legales.

En fin, como decimos los alicantinos, una vez más “res de res”…