La necesaria protección a la policía

Vicente Magro

Vicente Magro

Estamos presenciando últimamente preocupantes escenas de agresiones a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando estos han tenido que acudir a lugares donde se había reclamado su presencia por la comisión de hechos delictivos. Y esto de agredir a la misma policía por quienes están cometiendo un delito cuando los agentes tratan de impedirlo, aunque parezca sorprendente y rocambolesco, está en la misma línea del incremento de agresividad y violencia que estamos comprobando en un sector de la sociedad, lo cual es altamente preocupante y muy grave la deriva.

Cuando en un Estado de derecho se comprueba que hasta a los agentes policiales se les agrede y utiliza la violencia la preocupación es grande, porque la seguridad ciudadana es uno de los elementos que los ciudadanos quieren que esté garantizado en una sociedad, habida cuenta que sin esta es difícil, por no decir imposible, avanzar. Pero las agresiones a agentes policiales demuestran que no se tiene ya freno absolutamente a nada y que la falta de respeto que existe en algunas personas y el incremento de la violencia ya no se produce solo frente a ciudadanos que son las víctimas continuadas de este tipo de hechos, sino que está alcanzando, también, a los propios agentes policiales que acuden al lugar donde se ha producido uno de estos hechos de violencia, o de cualquier hecho delictivo al que asistan agentes policiales a practicar detenciones y evitar la comisión del hecho delictivo. Son, así, impactantes las imágenes que se están viendo de repetidas agresiones a agentes policiales cuando acuden a un lugar donde se comete un delito, a sabiendas de que esto supone un delito de atentado a agentes policiales sobre el que, ciertamente, se podría analizar por el legislativo el incremento de la respuesta penal por este tipo de hechos realmente graves y que atentan contra quien ejerce la autoridad, porque cuando se pierde el respeto a la autoridad y los funcionarios públicos se resquebraja el Estado de derecho.

Por ello, se está reclamando por los mandos policiales una necesaria protección a los agentes policiales mediante cambios de todo tipo que tiendan a evitar que entre la propia policía exista una percepción de que se les ha dejado en solitario frente al cumplimiento de sus funciones de la prevención y evitación del delito y persecución de los autores. Porque es evidente que la seguridad es uno de los ejes centrales que reclama toda sociedad, pero si esa seguridad que se reclama tener no puede realizarse correctamente porque no existe una potenciación de los medios policiales, ni una verdadera consideración de la protección de los mismos agentes policiales que buscan que la ciudadanía se sienta segura, resultará complicado alcanzar esa anhelada sensación de seguridad que reclamamos en nuestras vidas.

Suele decirse de forma despectiva a las reclamaciones hacia una mayor seguridad ciudadana que ello merma la libertad, pero la verdad es que sin seguridad ciudadana nunca habrá libertad, y ésta no podrá ejercerse realmente, porque sin protección policial desde la propia sociedad y Estado, que son los que están en condiciones de proporcionarnos la verdadera seguridad, no se podrá encontrar la libertad de salir a la calle sin miedo a que te ataquen y/o agredan. Pero lo que se está viendo es que cuando los agentes policiales acuden a lugares donde se están perpetrando delitos también son agredidos, incluso por personas que se estaban agrediendo entre ellas cuando llegan al lugar los agentes. Y cuando esto se produce es prueba evidente de que se han pasado todos los umbrales posibles y se precisa de una auténtica reflexión de los derroteros a los que lleva el incremento de la violencia que se manifiesta en todos los sectores, por ejemplo, la violencia de género, sexual, en la circulación, en los centros médicos, en las escuelas, en las comunidades de propietarios y, en definitiva, en cualquier lugar y materia.

Es, por ello, necesario que además de llevar a cabo políticas de prevención de la violencia y trabajar desde las escuelas en desterrar la violencia como forma de manifestación y expresión de los ciudadanos se deba trabajar al corto plazo de reforzar los medios policiales y hacer que se respete a la policía que son quienes están a pie de calle y quienes garantizan la seguridad de los ciudadanos que les llaman cuando ven violentada su paz y tranquilidad.

Decía John Carlin que “Lo que la gente quiere es paz, seguridad para sí mismos y para sus hijos”, pero para ello es preciso que se dote de medios y de protección a la policía para que puedan ejercer su trabajo en debidas condiciones y que este se lleve a cabo en las debidas circunstancias de proporcionalidad y ajustándose siempre al marco legal.