La avaricia rompe el barrio

Rafael Mas Muñoz

Rafael Mas Muñoz

En Alicante tenemos dos problemas que avanzan a toda velocidad y que requieren de una respuesta urgente de la Administración local. Hablo de dos fenómenos con nombres complicados, la turistificación y la gentrificación, acuñados para una nueva realidad con un denominador común: la despersonalización de los barrios de nuestra ciudad y su destrucción a nivel social y urbanístico.

Para aclarar conceptos, la turistificación se refiere a la proliferación sin control de apartamentos turísticos, en detrimento de las viviendas que se ofrecen para larga estancia. Esto encare el precio de la vivienda y provoca la sustitución de la población del barrio y del comercio tradicional, que son expulsados. También da paso a una mercantilización feroz del espacio público, sin respeto al disfrute de la ciudad, y una transformación del paisaje urbano, convertido en un ecosistema diseñado exclusivamente para los turistas. Y con todo ello, vemos cómo se produce la pérdida de la identidad de la ciudad.

Otra palabra nueva que, por desgracia ya está en nuestro vocabulario, es la gentrificación. Un fenómeno nuevo que sufre el centro de la ciudad y los barrios colindantes, y que obliga a los vecinos/as de un barrio de “moda” a mudarse a otros puntos de la ciudad, ante la subida del coste de la vida por el encarecimiento del suelo, de los alquileres y de los servicios.

Una vez conocidas estas dos tendencias, se puede decir que en nuestra ciudad saltan todas las alarmas. Porque en Alicante el precio del alquiler ha subido un 22'4 por ciento, casi el doble que la media, según los últimos datos del portal Idealista. Porque un piso estándar alcanza los 840 euros mensuales.

Siempre se dice que las cifras no mienten: los números nos dicen que somos la segunda ciudad con más plazas en pisos turísticos, unas 33.0000 plazas en total, tan sólo superados por Málaga. Y, además, revelan que el 37% de las operaciones de compraventa que se llevan a cabo --una de cada tres-- son de fondos 'buitre' o de turistas con alto nivel adquisitivo.

Estos dos fenómenos son preocupantes. En Compromís Alacant nos alarma, porque nos aboca a un Alicante al que nunca querríamos llegar: una ciudad diseñada como un parque temático para turistas, --que no pagan ni un euro en impuestos, pero que disfrutan de servicios públicos (seguridad, limpieza, gestión de residuos..)-. Un territorio hostil para los habitantes de siempre, con saturación de ruidos, turismo de borrachera, y problemas de seguridad ciudadana.

La proliferación de apartamentos turísticos ilegales acarrea además un sinfín de problemas de convivencia ciudadana, falta de intimidad, fiestas sin horarios.. Podríamos decir que la turistificación y la gentrificación ya están impactando de lleno en la salud de las personas y en su calidad de vida.

Y con esta ciudad escaparate, con el drama del alquiler de fondo, ¿qué está haciendo el equipo de Gobierno municipal para atajar estos dos fenómenos que se retroalimentan? ¿Acaso el Ayuntamiento está velando por el derecho de la ciudadanía a disfrutar de Alicante? NO. Todo lo contrario, está utilizando los fondos europeos para “reformar” el centro de la ciudad y ponerlo al servicio de la turistificación. Ni lucha contra el Cambio climático (con más de 200 árboles maduros talados), ni apuesta por una zona de bajas emisiones para reducir la contaminación, ni mejora la accesibilidad ni la cohesión de los barrios…. Obras innecesarias que son una excusa para ampliar las aceras para las terrazas de los hosteleros de la zona y generar negocio a las empresas que están ejecutando las obras.

Es hora de que el equipo de Gobierno tome cartas en el asunto y proyecte un modelo de ciudad que garantice el derecho a la ciudad y a la vivienda. Turismo sí, pero no a cualquier precio. Defendemos un turismo regulado y respetuoso con las necesidades de las gentes que habitan Alicante. Le pedimos al señor alcalde que controle un sector económico clave en nuestra economía, como es el turismo, y que lo haga apostando 100% por la calidad turística por encima, si hace falta, de la cantidad.

Hasta ahora, hemos visto cómo este Gobierno se quedaba de brazos cruzados. Desde Compromís instamos al equipo de Gobierno a poner freno a estos dos fenómenos. Ciudades como Málaga y Sevilla gobernadas por el PP ya están tomando cartas sobre el asunto.

Debemos abordar nuevas fórmulas de fiscalidad para el sector turístico, tanto en hoteles, viviendas de alquiler vacacional como en los cruceros. Es más necesario que nunca regular los pisos turísticos, para que sean compatibles con un modelo urbano sostenible, basado en la garantía de los derechos de sus habitantes y en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. Es urgente intervenir el mercado del alquiler, desplegando la recién aprobada Ley de Vivienda en nuestro municipio y declarar toda la ciudad tensionada. Sólo así, podremos regular el mercado del alquiler, incentivar acceso en la vivienda y la abordar la realidad de los desahucios.

El PP tiene este jueves una oportunidad única para demostrar a la ciudadanía que concibe la vivienda como un derecho y no sólo como un negocio. Les pedimos que den un paso adelante y muestren voluntad política para resolver de una vez por todas este problema en nuestra ciudad.