La detección sanitaria de la violencia de género

Una médico de Primaria pasando consulta.

Una médico de Primaria pasando consulta. / GERMÁN CABALLERO

Vicente Magro

Vicente Magro

Resulta interesante destacar con motivo del 25 de Noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la cuestión relativa a todas aquellas instituciones que colaboran en las ayudas a las mujeres que sufren en silencio la violencia de género, y que tienen ese lógico temor que se siente por una víctima que no puede encontrar una puerta para poder escapar del terror de la violencia de género que se produce en el entorno del hogar. Una violencia que puede ser física, psicológica y sexual y que sufren muchas víctimas en el mundo de forma habitual, porque este es uno de los delitos que se produce con esa permanencia en el tiempo que hace más difícil a las víctimas poder salir del agujero de la victimización que sobre ellas se ejerce.

Aunque las cifras de denuncias presentadas cada año se sitúan en torno a las 182.073 en el año 2022 y que va a terminar en aumento en el año 2023, las 176.380 mujeres que en 2022 fueron víctimas de violencia machista presentaron el 71,56 % de las denuncias registradas en los órganos judiciales. Ello conlleva que el resto salieron, bien de denuncias de vecinos, o de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, bien procedentes de la institución de la sanidad, en virtud del protocolo de detección de la violencia de género en centros sanitarios, cuando un responsable médico, al atender a una mujer que acude a recibir una asistencia médica, detecta la sospecha de un posible caso de violencia de género, y pregunta a la paciente acerca de si las lesiones pueden venir de maltrato.

El pasado día 22 este Diario Información publicaba unos interesantes datos acerca de que “Sanidad detecta más de 600 casos de violencia sobre las mujeres en la provincia de Alicante este año. Cerca de 23.000 alicantinas han participado en los programas de cribado. En toda la Comunidad se han redactado casi 4.400 partes de lesiones”. Y ello supone que está funcionando en la provincia de Alicante y en la Comunidad Valenciana esa colaboración sanitaria, tanto de la medicina pública como de la medicina privada que colabora, también, de forma extraordinaria en las ayudas a la detección de este problema cuando las víctimas acuden a un centro médico para ser atendidas, y si las lesiones provienen de agresiones en el hogar, ante el miedo a que se eleve el rango de la violencia.

Esta colaboración sanitaria resulta muy importante, dado que hay una cifra que se sitúa en torno a un 10% de casos que se incoan en los juzgados por violencia de género por la aplicación de este protocolo de colaboración entre la sanidad española, pública y privada, y los órganos judiciales para dar la opción a la víctima que acude al centro médico de poder contar allí la victimización que está sufriendo y se le pueda prestar la ayuda que ella por sí misma no sabe dónde pedir.

Así, en el Observatorio de violencia doméstica y de género del CGPJ hemos detectado la importancia de estas cifras que evidencian el éxito de la participación de la institución de la sanidad española en abrir la puerta a las víctimas que no saben dónde pedir ayuda, demostrándose que la información y esa “mano tendida” a la víctima para que detecte que hay gente que puede y quiere ayudarle es fundamental para que salgan a la luz esos hechos ocultos de violencia en el hogar. Por ello, el silencio es la peor de las situaciones en estos casos y, por ello, que la institución sanitaria colabore en la forma y medida que lo están haciendo médicos y enfermeros resulta crucial para seguir dando pasos adelante para salir de este infierno que sufren las víctimas.

Se ha señalado ya por el Tribunal Supremo en la Sentencia 658/2019 de 8 de Enero la aplicación en estos casos del concepto de “resiliencia”, para apuntar que “la resiliencia puede percibirse como una reacción positiva que le hace a una persona ser fuerte ante situaciones adversas, pero esta capacidad se nos presenta como un auténtico "hándicap" si afrontamos esta capacidad de asumir la situación adversa con la inexistencia de la búsqueda de soluciones ante el hecho agresivo físico, psíquico o sexual que se está produciendo en el entorno del hogar. Con ello, lo positivo de la resiliencia se convierte en algo negativo que impide a las víctimas encontrar soluciones al problema que están sufriendo y produce una prolongación de la agresión”.

Por ello, la importancia de la colaboración de todos en la detección de los hechos de maltrato es clave en el progreso de la lucha por la eliminación de la violencia que sufren las mujeres.