La indeseable manosfera

El machismo coge fuerza: discursos misóginos presentan al hombre como víctima

El machismo coge fuerza: discursos misóginos presentan al hombre como víctima / EFE

Miguel Ángel Santos Guerra

Miguel Ángel Santos Guerra

La revolución feminista es la más grande que han visto los siglos. Una revolución pacífica que aún está en curso y en la que todos y todas debemos participar, aunque sean las mujeres quienes deben llevar la bandera de la liberación y de la igualdad.

Hay, sin embargo, obstáculos. Como sucede en todas las revoluciones puede haber también retrocesos, ya que los obstáculos pueden acrecentarse mucho más que los esfuerzos. Desde 2017 se ha duplicado el número de jóvenes que no cree que exista la violencia de género. Por eso es necesario seguir en la lucha sin desfallecer. Hoy me voy a centrar en un obstáculo que quiero denunciar por su naturaleza involucionista y por su nefasta influencia. Me refiero a la manosfera.

Manosfera es una palabra que  procede del inglés man  (hombre) y sphere (esfera). Se utiliza para definir un conglomerado de espacios virtuales que dan cabida a una multitud de movimientos machistas basados en la propagación de discursos misóginos, antifeministas y negacionistas. Es una red de sitios web, blogs y foros en línea que promueven la masculinidad enfatizada, la hostilidad hacia las mujeres o misoginia y una fuerte oposición al feminismo.

Se trata de un espacio donde se quieren los hombres que odian a las mujeres. En él se aprende que las víctimas son los hombres y que las mujeres acumulan poder para someterlos. Son comunidades de hombres que luchan contra el empoderamiento de las mujeres.

El término manosfera apareció por primera vez en Blogspot en 2009, siendo adoptado por activistas del movimiento por los derechos de los hombres (MRM, del inglés «Men´s Rights Movement») y periodistas retrógrados para describir una red informal de blogs, foros y sitios web definida en gran parte por la misoginia.

Un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, que ya publicó hace tiempo un informe sobre el avance del machismo entre los jóvenes, se ha adentrado ahora en la manosfera española para identificar quién está detrás de esos mensajes y para analizar su influencia. Se trata de una investigación de corte cualitativo basada en entrevistas

Para poder llevar a cabo este estudio, lo primero que han hecho sus autoras es identificar entre qué comunidades se comparten en mayor medida este tipo de contenidos. Al principio de la investigación pensaron en hombres que pertenecían a la cultura fitness (el término se utiliza en nuestro idioma para aludir a los ejercicios que permiten mantener una buena forma física), a clientes de prostitución y a gamers misóginos, hombres que juegan online y despliegan actitudes machistas en los chats y participan en comunidades de youtubers videojugadores haciendo comentarios antifeministas.

Tras ese mapeo inicial, decidieron prescindir de esas comunidades y centrarse en otras: los MGTOW (del inglés «Men Going Their Own Way», hombres que siguen su propio camino), los Activistas de los Derechos de los Hombres, los Incels, los Gurús de la Seducción y Youtubers misóginos.

Los MGTOW consideran que el feminismo privilegia a la mujer de forma estructural y sistemática por el mero hecho de serlo, relegando al hombre a una posición de subordinación y sometimiento social. En la misma línea, el grupo de los Activistas de los Derechos de los Hombres se estructura desde la convicción de que existe una conspiración feminista que tiene como objetivo someter a los hombres.

Los Incels, acrónimo de «Involutarily Celibate» (Celibato Involuntario) se definen como un grupo de hombres heterosexuales cuyo aspecto físico les impide acceder a relaciones sexo-afectivas. En el estudio se han encontrado pocos llamamientos directos a la violencia o discusiones en las que se niegue o promueva la violencia sexual pero sí se ha encontrado una tendencia clara a la representación de las mujeres como monstruos. Los Gurús de la Seducción, son un grupo que sigue «El Método», un sistema de prácticas, creencias y artimañas, para lograr tener relaciones sexuales con mujeres y sentirse hombres de éxito.

En este trabajo de investigación se pone de relieve que hay temas recurrentes en la manosfera: la idea de la puesta en duda de la presunción de inocencia de los hombres, la idea de la existencia de los juicios mediáticos contra los agresores, la apropiación interesada del movimiento del «Yo sí te creo, hermana» por parte del feminismo, el miedo a la persecución por el hecho de ser hombre, la prevalencia de las denuncias falsas, la existencia de chiringuitos feministas y la repetición de chistes soeces en los que las mujeres son vejadas.

Además, se han identificado una serie de términos que se usan habitualmente por los creadores de contenido de la manosfera y que han sido utilizados por los participantes de los grupos de discusión como son: ideología de género, feminazi, chiringuito feminista o seres de luz.

El estudio concluye que la manosfera está contribuyendo a polarizar el debate público sobre cuestiones clave en nuestra sociedad, como es la regulación sobre el consentimiento en las relaciones sexuales, la protección a las víctimas de violencia y el reconocimiento de derechos de las personas LGTBIQ+.

La manosfera tiene su propio argot distintivo. Las imágenes de la píldora roja y la píldora azul son comunes: aceptar la ideología de la manosfera se equipara con «tomar la píldora roja» («red pilled»), y aquellos que no lo hacen son vistos de forma despectiva y se dice que «tomaron la píldora azul» (blue pilled). Alguien que «ha tomado la píldora roja» es alguien que ha abandonado las supuestas ideas feministas o de corriente principal en pos de aquellas que son propias de la manosfera. Los términos «macho alfa» y «macho beta» también se usan comúnmente.

La manosfera utiliza todos los canales digitales a su alcance: foros de internet, páginas web, grupos de facebook, así como canales de telegram, youtube y twitch y cuentas de instagram y twitter. Los Gurús de la Seducción también autoeditan libros y utilizan a menudo grupos de whastsapp cerrados.

La investigación ha detectado que los grupos de whatsapp en los que sólo hay participantes hombres son claves en la polinización de mensajes antifeministas y misóginos. A estos grupos de whatsapp masculinos les han denominado la «manosfera invisible» y, según señalan los propios participantes, en estos espacios seguros de hombres, la privacidad acaba superando la (auto)censura.

La manosfera se ha asociado políticamente con la extrema derecha y la derecha alternativa. Sabido es que en España el partido Vox niega la existencia de la violencia de género. Esta es una cuestión de gran calado. No es admisible que, desde la esfera política, haya quien alimenta impunemente este tipo terrorismo. Y aquí se maneja como un argumento antifeminista las denuncias falsas, el daño que ha hecho la ley del sí es sí, la inutilidad de la ley contra la violencia de género y se afirma sin pudor que el feminismo mata mucho más que el machismo…

Es necesario protegerse de la influencia perniciosa de la manosfera. El primer paso para esa protección es saber que existe. Y saber para qué y por qué existe. El segundo paso es que se haga en las escuelas y en las casas una auténtica, colegida y continuada coeducación, que es algo más ambicioso y profundo que la enseñanza mixta. El tercer paso es disponer de los criterios necesarios para discernir, para no dejarse embaucar, para aplicar con rigor esos criterios. Es necesaria la alfabetización mediática que consiste en  ofrecer herramientas para analizar e interpretar información de diferentes fuentes, sus argumentos subyacentes y reconocer o contrastar bulos. Los adolescentes reconocen no estar bien informados y se sienten tratados, constantemente, por diferentes actores políticos, como sujetos manipulables.  El cuarto paso es ayudar a otros a estar prevenidos contra la toxicidad de esos foros. Siempre volvemos al punto de partida, a la necesidad de una formación que nos enseñe a pensar y a tener valores que inspiren la convivencia.

El peligro que encierra la manosfera afecta especialmente a los niños y a los jóvenes, hoy tan dependientes de la red. No todos los contenidos son rigurosos y beneficiosos. Si son tóxicos, es preciso, después de detectarlos, combatirlos con argumentos rigurosos y con un profundo sentido ético.