Líbrenos Dios de los nunca máis

No hay tragedia que se precie que no la precedan declaraciones de lo bien que salió la última inspección antes del siniestro y a la que no sucedan manifestaciones de todo lo que se va a hacer para que no se vuelva a repetir. Es de manual

El edifico calcinado en el barrio de Campanar de València.

El edifico calcinado en el barrio de Campanar de València. / F. BUSTAMANTE

Mercedes Gallego

Mercedes Gallego

No hay tragedia que se precie que no venga precedida de una declaración en la que se asegure que, según la última inspección, todo estaba a pedir boca, y a la que no sucedan múltiples manifestaciones sobre todo lo que se va hacer para que esa misma desgracia no vuelva a ocurrir nunca máis (¿se acuerdan del Prestige y de los pellets que aparecieron hace unos meses?).

También es común a los post siniestros lo de pedir y, lo que es peor, que se acuerde la constitución de una comisión para indagar las causas que han podido provocarlo y sus posibles responsables.

Un órgano que lo mismo puede estar formado por expertos (sic), por políticos o por políticos expertos (sic, sic). En realidad da igual porque el resultado, y a la hemeroteca pongo por testigo, siempre es el mismo con independencia del número de sesiones, del total de comparecientes y del tiempo que se tarde en darla por finiquitada: nunca sirven para esclarecer nada. Para todo lo contrario, más bien.

Máxime cuando estas tragedias dan pie a investigaciones policiales/judiciales que son las que al final, con mayor o menor acierto, acaban fijando responsabilidades y señalando culpables. Cuando hay a quien señalar. Claro. 

Con las entrañas aún incandescentes del edificio de València a Compromís le ha faltado tiempo para reclamar la consabida comisión. No falla. Pero es en el apartado del nunca máis donde más actividad se está registrando incluso a kilómetros del epicentro del cataclismo.

El Ayuntamiento de Alicante, por ejemplo, ha anunciado la revisión de «todos los edificios de gran altura con fachadas similares» al de València. 135 asegura que hay y en el primer día se han inspeccionado 90. «Para que no cunda la alarma y que la gente pueda estar tranquila pero con información», ha dicho el alcalde Barcala. Menos mal que no se le ha escapado el nunca máis. Por el momento.