Opinión

Kate Middleton, el sensacionalismo y el machismo

Kate Middleton

Kate Middleton

Kate Middleton ha zanjado los rumores. Hace días, detrás de los focos de un plató de televisión, comentaba con un compañero que hablaba del tema que a lo mejor todo era más sencillo. Que quizás era algo más complicado y que, más que estar preocupada por ella misma, Middleton estaba más preocupada por sus hijos. Esto último sería lo que justificaría una estrategia de comunicación poco acertada e ineficaz, para ganar tiempo y contener estos días de presión.

Quienes hemos tenido el cáncer en nuestras casas sabemos que no siempre las respuestas son tan rápidas ni es tan fácil digerir la realidad. Hay que pasar muchas fases. Hay que esperar resultados que, en caso de dudas, se repiten. Hay que preguntar a especialistas. Y hay que saber nombres y apellidos de lo que tienes para decidir cómo afrontarlo.

Quizás, quienes somos mujeres y hemos pasado por operaciones, sabemos que tampoco siempre se entra en un quirófano con seguridad. Sobre todo cuando el objetivo está en la zona abdominal, porque no hace falta dar una clase de anatomía femenina para entenderlo todo a estas alturas. A pesar de que las noticias sean buenas, transcurren unas semanas en las que, más allá de las molestias físicas que impiden desde caminar a coger peso, tienes que aceptar qué te ocurre. A veces, por fortuna, se puede respirar con alivio pero cuando esa esperanza desaparece aceptar la noticia de un cáncer lleva horas de reflexión. Mucho más cuando tienes hijos. Nadie se libra de esta enfermedad. Y nadie debería verse forzado a decirlo cuando es prematuro.

Cuando he hablado del machismo en el caso de Middleton, hay quienes se llevaban las manos a la cabeza. Ponían de ejemplo la gestión de comunicación del rey Carlos, con cáncer también. Pero él es el monarca y tiene ya unos hijos bastante adultos. Middleton es princesa y madre de hijos menores. La gente preguntaba qué pasaba con ella, mientras ella solo pensaría cómo contárselo a sus hijos. El resto, ya se resolvería.

Middleton ha sido antes madre que princesa consorte, y eso parece que la prensa no lo perdonaba. Quería el ya y el ahora. Cuesta pensar si, con estas circunstancias, se hubiese ejercido tanta presión con el rey Carlos, sabiendo ya de antemano que había detrás una intervención. Si comparamos, nadie puede negar que las noticias de ella han sido tratadas de una forma más morbosa y, con el añadido de especulaciones incluso en el terreno sentimental.

Cada cáncer es un mundo. Cada persona tiene diferentes estadios, reacciona diferente a las quimioterapias o radioterapias y cada cáncer tiene más pronósticos o avances que otros. Se espera que, al menos, esto lo tenga claro una prensa que durante días y días ha hecho una crónica de especulaciones y rumorología, y que a partir de ahora se relajen para dejar vivir una situación tan complicada. Lo único seguro es que este caso pasa a engrosar un capítulo más de la prensa más carroñera y sensacionalista. Un capítulo más que ejemplifica cómo los medios superan los límites. 

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