Opinión

Si ellos tienen uno, nosotros tenemos dos

El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba por primera vez un llamamiento al alto el fuego en Gaza

El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba por primera vez un llamamiento al alto el fuego en Gaza

Falange y el Movimiento llamaron a rebato a toda España cuando la Organización de las Naciones Unidas señaló en diciembre del 46 al régimen franquista a cuenta de una resolución que ponía a caldo al, lo denominaba así, “Gobierno fascista de Franco”. Si no se establecía un régimen democrático, no se respetaban las libertades y no se convocaban elecciones, recomendaba la retirada de los embajadores y la expulsión de España de los organismos internacionales.

Uno de los lemas de esa manifestación masiva era “Si ellos tienen UNO nosotros tenemos DOS”. Exacto, con dos huevos y un palito, tampoco iban a cortarse porque la mitad de la población no tuviese esos atributos ni los apetecieran. En realidad en el lema se tomaba el nombre anglosajón de la ONU, UNO, lo que demuestra que al menos alguien del régimen sabía algo de inglés.

78 años después, el PP recupera el lema y, se supone, la autarquía que éste llevaba implícito, a expensas de la resolución de la ONU que pone a caer de un burro la eliminación de la ley de memoria histórica, la mezcla de crímenes de ETA y los yihadistas para diluir los franquistas y la reivindicación, se trata de eso en el fondo, me temo, del Caudillo y la Dictadura. Mal deben andar las conciencias cuando han salido en tromba a acusar a la ONU nada menos que de mentir, se supone que por hacer el caldo gordo a los peligrosos radicales que nos gobiernan y que deben proliferar como hongos alucinógenos en las naciones unidas. Lo de la ultraderecha es bueno también, acusan a la organización de vulnerar la soberanía de España, nada menos. También de que el informe es una burda estafa publicitaria para ayudar a Sánchez. “Yankees, go home!”.

Realmente no sé qué esperaba encontrar el PP en este recorrido hacia las tesis de sus socios, o si es que ya han hecho ellos solos ese camino y se sienten cómodos y sus votantes también. Quizá eso a lo que tanto apelan del “espíritu de la transición” solo fue para unos y para otros una bandera de conveniencia mientras resolvían la sucesión de Franco y simplemente se aparcó el pasado. Normalmente el proceso tras una dictadura es generar una ruptura absoluta con lo anterior. Incluso suelen aprobarse leyes para juzgar a quienes cometieron crímenes amparados en el totalitarismo, se prohíbe la exaltación del régimen dictatorial y normalmente los dictadores y sus familias se exilian. Aquí, nada de eso. En España muchos se acostaron llorando como magdalenas en el entierro de Franco y se levantaron al día siguiente demócratas de toda la vida. Literal.

Al principio de la democracia hasta los más fervientes defensores del dictador hicieron lo posible por pasar desapercibidos. Quizá tenían miedo de que el nuevo régimen removiera el pasado y pasara la fregona, pero nada de eso sucedió: los jueces, incluso algunos muy siniestros, siguieron juzgando; los militares, algunos muy golpistas, en sus batallitas; los policías, incluido Billy el Niño, persiguiendo ladrones y desafectos y los funcionarios haciendo lo que hacen los funcionarios. Y los obispos a su bola, como siempre, ni siquiera se les reprochó que procesionaran a Franco bajo palio cuál si fuera la Virgen de Guadalupe. Nadie fue perseguido por su pasado, se hizo borrón y cuenta nueva y pelillos a la mar. Hasta la familia de Franco siguió disfrutando del Pazo de Meirás y otro montón de propiedades supuestamente pagadas con el sueldo de general.

¿Mal hecho, bien hecho, se podía hacer de otra forma? Vaya usted a saber. Mirado con perspectiva quizá de aquellos polvos vinieron estos lodos, aunque es verdad que la transición a la democracia hubiera tardado mucho más y con una resistencia interna bastante feroz. El aparato del Estado estaba en las mismas manos y en ellas siguió para desesperación de los demócratas de verdad. No es extraño que, casi medio siglo después, muchos se hayan quitado la careta y hay otros tantos que sencillamente no vivieron la dictadura y la consideran tan remota, e incluso romántica e idílica, como el reinado de Witiza.

Tampoco se puede olvidar que los grandes poderes son más poderosos que nunca y marcan por aquí vamos y hasta aquí llegamos. Que la culpa no es del cerdo, sino del que lo alimenta, cantaba Facundo Cabral. Bien es verdad que hay cerdos mucho mejor alimentados que otros, porque no todos reciben doble ración de bellotas y hay quienes se conforman con piensos barateros con tal de alimentarse de la mesa del señor. Así es la cuestión.

Cuando ves una calle de Milán llena de bípedos levantando el brazo a la romana y armados de antorchas, como en Nuremberg, a algunos nos dan las siete cosas, pero seguro que otros lo celebran con Taittinger. En Italia el fascismo ha vuelto al poder y es cuestión de tiempo que otros países les sigan, demasiado tiempo están las democracias occidentales coqueteando con el desastre. Ya sabemos que por muchas resoluciones de la ONU todo seguirá igual, pero bueno es que alguien advierta que vamos cuesta abajo y sin frenos. Por si acaso quedan voces sensatas en la derecha que prefieren no gobernar, o enfrentarse a los extremistas, a ser arrastrados al infierno.

Y efectivamente por mucho que la democracia tenga UNO los camisas azules o negras o el del traje dos tallas menos, tienen dos y tres y los que sean necesarios.