Los abusos a menores y la Iglesia

Pedro Antón Fructuoso

Recientemente el Defensor del Pueblo presentó en el Congreso de los Diputados un estudio estadístico de abusos sexuales a menores en el seno de la iglesia católica. El estudio que ha sido poco riguroso porque la base de datos era muy heterogénea, apunta que el 0,6% de los abusos sexuales a menores se les atribuye a instituciones de la iglesia. La Fundación ANAR que recoge todas las denuncias por abusos sexuales a menores, cifra la implicación de la iglesia en el 0,2%. Entre estos dos porcentajes se puede afirmar que se distribuyen los abusos a menores dentro del ámbito de la iglesia.

En los años 2020 y 2021 se han denunciado casi 6000 abusos a menores en cada año (es decir, aproximadamente 12.000 en total). No deja de ser muy llamativo que el Defensor del Pueblo se ocupe solamente de investigar lo que ocurre en la iglesia (una minoría, comparada con el resto), y no trate de averiguar que está pasando en la sociedad actual con este gravísimo problema de los abusos que, como es conocido, suele ocurrir en el seno de las familias, en colegios públicos y privados, en instalaciones deportivas, a través de internet, etc.

Se está discriminando a la iglesia, al ponerle como pantalla en este grave problema, cuando el número de transgresores es mínimo, y se oculta el resto –la gran mayoría de los abusos cometidos en diferentes ámbitos de la sociedad-, con la consiguiente desinformación y la ausencia de medidas para atajar este grave y contumaz problema.