La técnico que lideró la oposición a la concesión de la subvención a la Fundación Cyes porque no cumplía con un requisito básico, Teresa Clemente, detalló ayer en el juicio contra Rafael Blasco las presiones a las que le sometió para que cediera. Clemente, que formaba parte del equipo de la comisión evaluadora de las subvenciones, explicó que Blasco les advirtió a ella y a sus compañeros que era el momento de que le demostraran que confiaban en él. La funcionaria fue cesada un mes después por su negativa. Clemente señaló que los técnicos no sabían que el dinero de la ayuda a Nicaragua iba a ser utilizado para comprar pisos en Valencia

La comisión evaluadora la formaban tres técnicos -Teresa Clemente, Sergio Aguado y Manuel Fornás-, la directora general, Carmen Dolz, y la secretaria general Tina Sanjuán (que se enfrenta a 13 años). La directora general y los técnicos se negaron a firmar el acta de la subvención porque la Fundación Cyes (que no tiene nada que ver con la constructora del mismo nombre) no acreditó el requisito de la experiencia. Teresa Clemente declaró que contactó con ella Marcial López, presidente de la Fundación Cyes, para que no le reclamara más documentos para acreditar la experiencia. «Me llamó para decirme que no le pidiera más papeles porque él ya había presentado todo lo que tenía que presentar, y eso ya lo tenía hablado y resuelto con el conseller», aseguró Clemente.

La funcionaria precisó que el momento de máxima tensión se produjo la tarde del 31 de julio de 2008 ante la negativa de la comisión evaluadora a conceder la subvención a la Fundación Cyes. «Nos convocaron a una reunión con el conseller a las 19.00 horas. Era algo absolutamente no habitual. En esa reunión la palabra la tenía el conseller. Le dijimos que no podía ser (porque Cyes no acreditó la experiencia), pero él insistía e insistía y decía que sabía que la fundación cumplía el requisito. Que teníamos que confiar en él. Que teníamos que demostrar nuestra confianza porque nos había permitido seguir con él a pesar de que le habían dicho que eramos un mal equipo», apuntó.

Teresa Clemente añadió que ella le reiteró al conseller que la fundación no cumplía con la base primera de la convocatoria y Blasco «insistía en que las normas las interpretaba él y el subsecretario (Àlex Català)». La funcionaria manifestó que la reunión se prolongó «mucho rato, pero se decía siempre lo mismo». «Él se enfadaba cuando no le dábamos el visto bueno y no aceptábamos su criterio. Llegó a decir que si no habíamos hecho algo así y que iba a revisar todos nuestros expedientes», afirmó Clemente.

La técnico indicó que el exconseller les dijo a ella y a los otros miembros de la comisión de evaluación que se fueran a «repensar» el asunto. Sin embargo, los funcionarios no cedieron. El fiscal preguntó a la testigo si la presión respondía a un interés personal del conseller. Clemente contestó: «Nunca había sucedido esto con ningún responsable de ninguna conselleria hasta el momento. Rafael Blasco no preguntó por ninguna otra fundación o proyecto. Yo me sentí presionada».