La síndica del PP en las Cortes Valencianas, María José Catalá, en un discurso con constantes referencias a la próxima convocatoria electoral, reprochó a Puig que haya decidido rebajar impuestos a escasos meses de que se abran las urnas después de siete años subiéndolos, y que la propuesta solo suponga un ahorro para los ciudadanos de apenas 150 millones de euros frente a los 1.500 que hubiese comportado la aplicación de las medidas planteadas por su partido en octubre del año pasado. La portavoz popular, asimismo, acusó al jefe del Consell de ser un presidente débil y de estar cansado y agotado, lo que, en su opinión, está resultando contraproducente para los intereses de la Comunidad en general y de la provincia de Alicante en particular, haciendo referencia, en este sentido, a cuestiones como el recorte del trasvase Júcar-Vinalopó, el desvío del AVE a la estación de Chamartín o la imposición de la tasa turística.

En una declaración de intenciones respecto a lo que iba a ser su intervención, Catalá inició su discurso señalando que ese iba a ser su último debate de política general con Puig, toda vez que, aseveró, en el próximo, "el presidente de la Generalitat será Carlos Mazón y yo estaré trabajando para ser la alcaldesa de València". Tras este preámbulo, la portavoz del PP, como no podía ser de otra forma, dedicó una buena parte de su tiempo a intentar desacreditar la reforma fiscal anunciada por el jefe del Consell, al que le espetó que "no vale pensar en las neveras solo en tiempo de urnas".

Catalá, ya adentrada en materia, acusó a Puig de haber "deflactado" la propuesta realizada por su partido, al tiempo que desacreditó que anuncie nuevos tramos de IRPF por los que las rentas de menos de 10.000 euros ahorrarían un 21%, porque, aseveró, por debajo de esa cantidad no hay obligación de declarar ni de retener. Tras remarcar que solo reduce impuestos "por la presión del PP y el miedo a las urnas", le indicó que "si quiere una ambiciosa y verdadera propuesta de reforma fiscal, mañana llame a Mazón y el jueves tendremos aprobada una bajada de impuestos como la que necesita esta Comunidad", remachó la síndica popular, que también dejó claro que "para copiar tarde y mal a Mazón y al PP, mejor Mazón y el PP".

Pero las críticas no se quedaron ahí. La síndica comparó a Puig con Pedro Sánchez, indicando que "cada vez se parece más a él, porque no pisa la calle". En este sentido, le dijo que, si hablase con cualquier ciudadano, le comentaría que una barra de pan es un 18% más cara, que la luz ha triplicado su precio, que resulta casi imposible alquilar una casa, que el inicio del curso ha sido muy duro y que hay personas que no saben si van a poder poner en marcha la calefacción. También le afeó que la Comunidad tenga una deuda del 46%, el peor déficit de España solo por detrás de Navarra, y una inflación por encima de la media.

En este contexto, calificó de imperdonable que cuando los ciudadanos son un 11% más pobres, el Ejecutivo autonómico "esté haciendo caja con la inflación" y creando lo que definió como "nuevos chiringuitos" y "plus de pisitos" para los nuevos cargos de las empresas públicas.

María José Catalá, asimismo, se refirió a los proyectos "estrella" anunciados por el presidente de la Generalitat desde 2016, concretamente, un pacto educativo que, dijo, han tumbado diez sentencias, una inversión de 700 millones de euros para la construcción de colegios de los que solo se han ejecutado un 20%, un plan para controlar la burbuja del alquiler que se ha quedado en papel mojado porque los precios se han duplicado, una paga extra para los sanitarios que ahora obliga a devolver, una petición para la transferencia de los trenes de cercanías que fue votada en contra por senadores de las propias filas socialistas o unas inversiones para una Albufera que en estos momentos, dijo, se encuentra en la UCI.

Para la síndica popular, ninguna de estas propuestas han salido adelante porque Puig, resaltó, es un "presidente débil", con una "falta de carácter que nos lleva al sometimiento con Sánchez y sus socios del Botánic". Fue en este punto donde, para ilustrar sus acusaciones, se refirió a una serie de cuestiones que afectan de lleno a la provincia de Alicante, como el retraso de cuatro años en las inversiones para el Corredor Mediterráneo, que se tolere el recorte del 40% en el agua del trasvase Tajo-Segura o la imposición de la tasa turística que tiene sublevado a todo el sector.

En este mismo contexto, Catalá emplazó a Puig a emprender acciones judiciales por la infrafinanciación que sufre la Comunidad, invitándole a votar a favor de la propuesta que el PP presentará en este sentido. "Nadie ha contado con tanto consenso como usted en este tema y nadie ha generado tanta frustración", apostilló.

Con todo, defendió que la Comunidad no se puede permitir en estos momentos un presidente "cansado y agotado", porque, añadió, "hay otra forma de hacer las cosas, con seriedad y garra, y el que lo puede hacer es el PP, puesto que no nos vamos a someter a nadie ni dejaremos pasar ni una sola oportunidad".

Catalá defendió que, entre los grandes retos de esta autonomía, figura la autosuficiencia fiscal, el impulso a la natalidad, la emancipación de los jóvenes y la autosuficiencia energética, criticando, en este último apartado, que el Botànic solo haya sido capaz en dos años de aprobar 30 proyectos de energías renovables. "A su ritmo, para dar luz verde a los que tienen en espera tardarán 47 años", recriminó.

En este apartado, no dudó a la hora de señalar que la gestión agrícola y la lucha contra el cambio climático han sido el gran fracaso del Gobierno autonómico, y que la Comunidad es la autonomía que encabeza el abandono de tierras y la segunda con un menor relevo generacional.

Dentro de la avalancha de críticas, la síndica popular también censuró que Puig no cesase a la entonces vicepresidenta Mónica Oltra cuando fue imputada por el caso de la joven que presuntamente sufrió abusos a manos de su exmarido en un centro de menores. Tras recordar que en estos momentos "siguen cayendo imputados", en referencia al jefe del gabinete de la propia Oltra y el ex subsecretario de Igualdad, aseveró que "prefieren recibir aplausos en los juzgados que pedir perdón a una menor abusada". Igualmente, aprovechó para manifestar que la columna vertebral tanto política como de gobierno del Botànic se ha caído debido a los constantes cambios de consellers y vicepresidentes.

En su réplica, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, le espetó a Catalá que el PP no está de acuerdo con su reforma fiscal "porque no les afecta a ustedes. De hecho, no afecta a nadie de esta Cámara, ni a ustedes ni a nosotros, afecta a la gente de la calle". Así, añadió que la rebaja de impuestos está limitada a las personas con menores ingresos, rechazando la propuesta de los populares porque, según dijo, adolece del más mínimo rigor, y propiciaría que rentas altas se vieran beneficiadas con 6.000 o 7.000 euros, la mitad de lo que cobran muchos ciudadanos al año.

También acusó al PP de pedir ahora rebajas de impuestos cuando en el momento en que gobernaban los subían "hasta llegar a la política más regresiva de España", apostillando que el suyo "es un proyecto fracasado". En este sentido, citó algunas de las herencias recibidas, como el complejo de Ciudad de la Luz, "que iba a venderse para acabar siendo unos almacenes y finalmente hemos conseguido que se ruede cine y se genere empleo".

Críticas a la gestión de los incendios forestales

El debate de política general también fue aprovechado por la síndica del PP, María José Català, para criticar la gestión del Consell este verano en los incendios forestales registrados en la Comunidad Valenciana, que causaron cuantiosos daños en entorno de la Vall d’Ebo, en la provincia de Alicante, y Bejis, en la de Castellón.

Tras recordar que el fuego se llevó por delante amplias superficies boscosas, así como terrenos agrícolas, Catalá se refirió al anuncio de Ximo Puig del pacto verde europeo en el debate del año pasado, «que ha quedado hecho cenizas por culpa de una gestión forestal de ecologismo de salón». El resultado, añadió, ha sido «un polvorín en nuestros montes». 

Llegados a este punto, la portavoz del PP dijo tener una prueba de que los bomberos avisaron a Emergencias en Bejís de la cercanía de las llamas a la vía del tren antes de que la maquinista diera marcha atrás al ver el fuego. Por este motivo, Catalá reclamó responsabilidades a Puig, al considerar que hubo un fallo de coordinación y que fue la Generalitat la que tuvo el error.

El jefe del Consell, por su parte, emplazó a la síndica a acudir al juzgado para presentar dicha prueba, indicando que es de «una catadura moral difícilmente explicable que se haga partidismo con los incendios».