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Cuarta remodelación del consell en cinco meses

Mireia Mollà: De aspirar a suceder a Oltra a ser cesada

Mireia Mollà ha sido destituida este martes Europa Pres

Lejos quedan los tiempos en los que Mireia Mollà (Elche, 1982) se definía como una joven inquieta, a la que le sublevaban las injusticias. En aquella época, su papel activo en las Cortes, convertida en un gran ariete contra la corrupción del Partido Popular, contribuyó a elevar la repercusión mediática de Compromís y propiciar un cambio político en la Comunidad Valenciana que alumbró el Gobierno del Botànic. Su proyección era alta y estaba llamada a convertirse un día en la sucesora de Mónica Oltra. Nada queda de aquello tras sus erráticas actuaciones en los últimos años, tanto en el Ayuntamiento de Elche como al frente de la Conselleria de Agricultura. Prueba de ello es que, en pocos meses, ha pasado de aspirar a ser la vicepresidenta de la Generalitat a que Ximo Puig le baje el pulgar, a petición de su compañera Aitana Mas.

Procedente de una histórica familia valenciana, el conocido clan de los Mollà, con su padre, Pascual Mollà, al frente, ha desempeñado papeles protagonistas desde su juventud. De hecho, en 2007 ya era diputada en las Cortes, donde protagonizó sus enfrentamientos más sonados con el exconseller popular de Solidaridad Rafael Blasco, en el que se bautizó como Caso de la Cooperación. Desde entonces, y hasta su destitución, tras los enfrentamientos públicos que ha mantenido a lo largo de las últimas semanas con compañeros de partido y de gobierno, su trayectoria ha pasado por el Parlamento autonómico y el Ayuntamiento de Elche.

En su ciudad lideró la candidatura de Compromís en las elecciones locales de 2015, a las que se presentó, entre otros objetivos, con el propósito de «contribuir a tirar al PP» de Mercedes Alonso de la Alcaldía. En aquellos comicios la coalición valencianista logró cuatro concejales y Mollà se convirtió, durante cuatro años, en la principal socia del alcalde socialista, Carlos González, en el equipo de gobierno ilicitano. Su gestión al frente de la Concejalía de Turismo fue bastante criticada y en 2019, tras perder la mitad de sus concejales y ver a Ciudadanos adelantarles como tercera fuerza política, dio la espantada de su ciudad y buscó nuevo acomodo en el Botànic de segunda generación. También ha intentado dar el salto a Madrid, aunque, en este sentido, los tiempos electorales nunca han jugado a su favor.

Su pasó por la Conselleria de Agricultura tampoco ha estado exento de críticas ni de polémicas, desde la muerte de una decena de burros que formaban parte de un plan contra los incendios hasta unas desafortunadas palabras sobre las naranjas valencianas. Pero, sobre todo, se le ha achacado que no acompañara a la Vega Baja en la DANA y que no acudiera a las zonas forestales afectadas por el fuego.

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