Un Mazón sin límite de tiempo se enfrentará a 80 minutos de oposición

El candidato a la presidencia de la Generalitat podrá responder tras la intervención de cada grupo o esperar a que todos concluyan.

El inicio de la jornada será inusual, porque primero tomará posesión de su acta Paula Espinosa (Compromís)

María José Catalá, Carlos Mazón y Alberto Fabra, en la sesión constitutiva de las Cortes Valencianas del pasado junio.

María José Catalá, Carlos Mazón y Alberto Fabra, en la sesión constitutiva de las Cortes Valencianas del pasado junio. / José Cuéllar/Corts Valencianes

Con el protocolo en ebullición, las Cortes Valencianas encaran su recta final para abordar la investidura de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat Valenciana este jueves 13 de julio. Salvo sorpresa, el guion ya está definido y, en primer lugar, está previsto que tome posesión de su acta como diputada Paula Espinosa de Compromís. 

Con el hemiciclo al completo (99 diputados), la sesión está prevista que empiece a las 10 horas y que, tras la parte meramente protocolaria, la presidenta, Llanos Massó, dé la palabra al único candidato. El popular realizará una primera intervención sin límite de tiempo para dar a conocer su programa. Tras este punto, se realiza una pausa. La norma marca un máximo de 24 horas, pero, como ya se anunció, la investidura se realizará en una sola jornada. El receso lo determina la presidenta de las Cortes. 

El orden de las intervenciones de los grupos es de «mayor a menor, excepto el grupo parlamentario al que pertenezca el candidato, que lo hará en último lugar». Aquí, el reglamento de la Cámara fija límites para las exposiciones de apoyo o rechazo. Así, cada síndic dispondrá de 30 minutos para su primer turno y luego otros diez para la contestación al candidato. La única excepción será el PSPV-PSOE, donde la fijación de la postura la realizará Ximo Puig en lugar de su portavoz, Rebeca Torró

Carlos Mazón podrá responder a cada interlocutor o esperar a hacer una intervención final. El reglamento le da esa potestad y, desde el entorno del futuro presidente, se está trabajando en esa estrategia. El cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo es una referencia cercana en el tiempo y en las formas y, aunque la televisión es un formato muy diferente al del hemiciclo, el argumentario nacional está pensando desde antes del 28M. 

Habrá una segunda pausa y la presidencia anunciará la hora de votación, la cual se hará por llamamiento, es decir, que un secretario de las Cortes Valencianas nombrará a los diputados por orden alfabético, y éstos responderán «sí», «no» o «abstención». Con el resultado final y el nombramiento del nuevo presidente autonómico se cierra la sesión y se trasladará la decisión al rey Felipe VI. Quedará pendiente la sanción por parte del monarca y su publicación en el BOE. 

¿Para qué?

Cada grupo dispondrá, pues, de un total de 40 minutos para justificar sus posiciones. Respecto a los primeros, el presidente en funciones de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró que intervendrá porque «es mi responsabilidad. Yo me presenté a las elecciones, 700.000 valencianos nos dieron su apoyo y es mi responsabilidad debatir con Carlos Mazón. No es ninguna cuestión extraordinaria. Es mi obligación que se vea claramente que hay dos modelos». El secretario general defendió ante los medios que es su deber democrático es ejercer el turno de réplica, ya que «es lo que se viene haciendo en todos los parlamentos». Además, aunque reconoció que las urnas decidieron «una alternancia que va a estar vinculada a la extrema derecha», garantizó que el PSPV seguirá defendiendo su posición. «Desde luego, estamos convencidos de que continuar un gobierno progresista era la mejor solución para la Comunidad Valenciana, y lo vamos a mantener», afirmó.

Por su parte, Joan Baldoví avanzó que está convencido de que el candidato popular a la presidencia empleará mucho la palabra cambio. «Y yo le preguntaré: cambio, ¿para qué?», apuntó el síndic de Compromís en referencia al retroceso de derechos y de políticas progresistas que se han desarrollado en la Comunidad Valenciana durante las legislaturas del Botànic. 

Joan Baldoví atiende a los medios en los jardines de las Cortes Valencianas

Joan Baldoví atiende a los medios en los jardines de las Cortes Valencianas / Información

En la bancada del gobierno, la síndica de la formación ultraconservadora, Ana Vega, reiteró que «ahora empieza una legislatura nueva con mucha ilusión» y en la que pondrán el acento en las mismas cuestiones que han defendido hasta ahora, dentro de un pacto de gobierno -con el PP-, pero «sin perder nunca la esencia de Vox».

Otro de los diputados que también intervendrá es Miguel Barrachina, quien dijo sobre el debate de investidura de Carlos Mazón que representa el comienzo de una «legislatura en la que resolver los problemas de los valencianos será el objetivo prioritario» del Partido Popular de la Comunidad. 

«Queremos bajar cuanto antes los impuestos a los valencianos, reducir la grasa política de la Administración y ponernos a gestionar para mejorar la vida de los ciudadanos», señaló precisamente en las dependencias de las Cortes Valencianas. 

Las quinielas para el Consell: la Cámara valenciana como pista

El recelo con el que el presidente del PPCV, Carlos Mazón, guarda la lista de nombres para su primer gobierno hizo que ayer más de uno viera en la composición de las comisiones de las Cortes Valencianas nuevas pistas sobre sus preferencias. A priori, una de las personas que mejoran su posicionamiento es José Antonio Rovira. El alicantino es desde el punto de vista parlamentario un diputado raso. Otro de los que apenas ha recibido responsabilidades es José Juan Zaplana, quien ha ejercido de voz crítica en los asuntos de sanidad desde la pandemia y lo han situado en el segundo escalón del Ejecutivo. Con la hoja casi limpia de carga extra está Eduardo Dolón, si bien sus responsabilidades como alcalde lo sitúan en el mismo punto que antes de llegar a las Cortes. En el nuevo gobierno, han bajado las apuestas por la alcaldesa de la Vega Baja María Gómez y Rubén Ibáñez, que, además de presidir una comisión, están en otras como miembros. Lo mismo ocurre con el fichaje económico de Ruth Merino, aunque sigue siendo una apuesta para un cargo más técnico en el equipo del líder popular.