Puig hace un llamamiento a la esperanza ante la «complejidad» del presente político

El secretario general del PSPV y expresidente de la Generalitat presenta su libro, un ensayo en el que se reflejan los años del Botànic. El socialista comparte sus ideas sobre el federalismo y hace autocrítica ante la falta de crecimiento de la izquierda

Resumen de la presentación del libro de Ximo Puig: «Una idea de esperanza»

INFORMACIÓNTV

Borja Campoy

Borja Campoy

Hay que mirar al horizonte y no por el retrovisor. Esta fue una de las muchas reflexiones que compartió este martes el secretario general del PSPV-PSOE y expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el Club INFORMACIÓN, donde presentó su libro, «Una idea de esperanza», un ensayo en el que comparte su visión sobre los ocho años de Gobierno del Botànic. Aunque Puig escriba sobre un tiempo que ya ha pasado, su libro y su discurso escapan de todo atisbo de nostalgia y fijan el objetivo en el presente y el futuro político de la Comunidad Valenciana y España. «Vivimos un momento complejo», fueron las primeras palabras pronunciadas por el líder autonómico socialista. Pese a ello, hace un llamamiento a la esperanza. Durante los más de 90 minutos en los que estuvo sobre el escenario hubo tiempo para que compartiera sus ideas sobre el federalismo y el modelo de Estado y, también, para hacer autocrítica, sobre todo por la falta de capacidad de la izquierda para ensanchar su espacio en los ocho años en los que gobernó, lo que propició un cambio de gobierno en las autonómicas que se celebraron el pasado 28 de mayo.

Sobre la cuestión del federalismo y preguntado sobre sus planes para los próximos años, Puig dejó patente sus ganas de participar de manera activa en este debate y aportar en una actualización del Estado de las autonomías que apueste por la singularidad de los territorios. Su hoja de ruta también pasa por defender los intereses de la Comunidad Valenciana, desde su faceta de senador, y construir una alternativa de gobierno de cara al año 2027, dejando la labor de fiscalización del Consell, formado por el PP y Vox, más en las manos del grupo socialista en las Cortes Valencianas. Todos estos propósitos comparten un objetivo común, el de que los ocho años del Botànic no sean «un paréntesis entre dos nadas».

El acto en el Club INFORMACIÓN fue presentado por el director general de Contenidos de INFORMACIÓN, Juan R. Gil, que ofreció una introducción que sirvió como preámbulo a la intervención de Puig, en un coloquio moderado por el director del Club INFORMACIÓN, Toni Cabot. Antes de compartir su visión sobre los últimos años de gobierno en la Comunidad Valenciana y el presente político, marcado por las dos grandes citas electorales que se han celebrado este 2023, la del 28 de mayo y la del 23 de julio, el líder autonómico de los socialistas comenzó hablando sobre el objeto del encuentro, su libro «Una idea de esperanza». Para ello, recurrió a una vivencia sobre una bofetada que recibió de un padre escolapio cuando tenía 14 años, en sus tiempos de colegio, episodio que abrió «cierta dimensión catártica» en su personalidad.

Reflexión

«Lo que hemos hecho ha servido para algo», afirmó con convencimiento Puig, que también cree que ese periodo merecía «una reflexión caliente». Prueba de ello es que pocos días después de la noche del 28M se estaban imprimiendo las páginas de su libro. Con todo, el expresidente de la Generalitat cree que la perspectiva del tiempo permitirá profundizar más en el trabajo realizado por el Ejecutivo que el PSPV compartió con Compromís y Podemos de socios. «Se podrá profundizar con nuevas miradas. El libro es un manifiesto para una sociedad respetuosa y serena», añadió un Puig que apostilló que con él no van las «esperanzas estériles» y que no cree en las «distopías», en lo que se interpreta como un mensaje hacia un presente político en el que la ultraderecha se ha abierto paso en las instituciones. Al respecto, expresó su preocupación por el tratamiento político que se le da a la violencia de género: «Es uno de los principales problemas que tiene nuestra sociedad y no se puede callar. El silencio es cómplice. La ideología machista genera una enorme desigualdad. Si no somos capaces de reconocer esto, no seremos capaces de encontrar soluciones».

La intervención de Puig también sirvió para que el expresidente de la Generalitat pusiera en valor la situación en la que dejó la Comunidad Valenciana con respecto a la situación que recibió cuando empezó la primera de las dos legislaturas del Botànic, la que comenzó en 2015, y hablara sobre el trabajo realizado para recuperar la reputación de la autonomía. «En 2015 veníamos de una situación extrema, con la crisis económica y la quiebra del sector financiero y la debacle reputacional, con 150 condenas por corrupción. Todo ello provocó falta de esperanza y desazón. La Comunidad Valenciana hoy es diferente. Se han prestigiado las instituciones y se han alcanzado récords en empleo, turismo, importaciones e inversión extranjera», manifestó el secretario general del PSPV, que también destacó el trabajo realizado en otros campos, como en el avance del modelo productivo, en becas o transporte escolar, en dependencia y en la Renta Valenciana de Inclusión.

Comparativa

El análisis del trabajo hecho por el Botànic permitió hacer una comparativa entre la labor realizada por aquel Gobierno y la del actual Consell de PP y Vox en sus compases iniciales. En este contexto, Puig señaló que las primeras medidas de los suyos fueron las de universalizar la sanidad, acabar con el copago farmacéutico y financiar los tratamientos de la hepatitis C. En cuanto al nuevo Consell, resaltó que su primera acción ha sido un «regalo fiscal», en alusión a la bonificación al 99% del Impuestos de Sucesiones y Donaciones. «El Botànic, en todo momento, puso la salud por encima de otra consideración», destacó Puig, antes de advertir sobre los «peligros» del sectarismo, la división social y los muros. «Hay gente vecina que es capaz de matarse por sus diferencias. Si hay algo que hay que preservar siempre es la convivencia. El respeto a la diversidad no es un problema, es una riqueza», apostilló antes de pedir que no se vuelva la mirada a los años 30 del siglo XX, que se eviten las trincheras de la división y que se huya de la crispación.

Durante su discurso el líder socialista citó, entre otros, a Rafael Altamira, Antonio Machado o Federico García Lorca. En todos los casos lo hizo para hacer un llamamiento a la esperanza, alejado de los tonos oscuros. Todo ello ante un otoño que el protagonista del acto vaticinó que será «caliente», en referencia al proceso de investidura del nuevo presidente del Gobierno y la polarización cada vez mayor que aprecia en el conjunto de la sociedad española.

Una de las últimas reflexiones que dejó Puig fue en torno al resultado electoral del pasado 28M, una cita que puso el punto final al Botànic y que abrió una nueva etapa. «Fueron unas de las elecciones autonómicas en las que mayor consideración nacional hubo. Ninguna encuesta hablaba de cambio, los ciudadanos valoraban muy bien a Generalitat. Se produjo un tsunami en toda España. Eso no quiere decir que no hagamos autocrítica», finalizó.