¿Qué pasa si comes conservas todos los días?

Atún, sardinas, mejillones o maíz son solo algunos de los ejemplos de comida en lata que todos tenemos en nuestra despensa. Nos han salvado de más de un apuro, ya que su caducidad es muy alta y siempre puedes utilizarlos si tienes vacía la nevera. Sin embargo, no conviene abusar de este tipo de comida. A continuación te contamos qué ocurre si tomas conservas a diario.

Esto es lo que pasa si comes conservas todos los días

Comer alimentos en conserva todos los días puede tener varias implicaciones para tu salud, tanto positivas como negativas, dependiendo del tipo de alimentos en conserva y la frecuencia con que los consumas.

Aspectos positivos de las conservas

1. Conveniencia: Los alimentos en conserva son fáciles de almacenar y duran mucho tiempo, lo que los hace útiles para tener una despensa bien surtida.
2. Diversidad nutricional: Muchos alimentos en conserva, como las frutas, verduras, pescados y legumbres, pueden proporcionar una amplia gama de nutrientes esenciales.

Aspectos negativos de las latas de conserva

1. Alto contenido de sodio: Muchos alimentos en conserva contienen niveles altos de sal para ayudar a preservarlos. Consumir demasiado sodio puede contribuir a la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares.
2. BPA: Algunos recipientes de alimentos en conserva están recubiertos con una sustancia llamada bisfenol A (BPA), que ha sido asociada con varios problemas de salud, incluyendo trastornos hormonales y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, muchos fabricantes han comenzado a producir latas sin BPA.
3. Calidad nutricional: Aunque los alimentos en conserva pueden retener muchos de sus nutrientes, el proceso de enlatado puede reducir algunos nutrientes, especialmente las vitaminas sensibles al calor y al aire, como la vitamina C y algunas vitaminas del complejo B.
4. Conservantes y azúcares añadidos: Algunos alimentos en conserva pueden contener conservantes o azúcares añadidos. Un alto consumo de azúcar añadida puede llevar a la obesidad y a la diabetes tipo 2.

Para una alimentación saludable, se recomienda incluir una variedad de alimentos frescos y mínimamente procesados en tu dieta, junto con algunos alimentos en conserva cuando sea necesario. Si decides consumir alimentos en conserva de manera regular, busca versiones bajas en sodio o sin sal añadida y evita las opciones que contienen azúcares añadidos.