El truco de "cuñado" con el que puedes ganarle una apuesta a cualquiera

"El cuñado español debe ser protegido con nuestra sangre. En una época de globalismo ridículo donde hasta el nieto más tonto usa algún anglicismo, este tipo de gracietas y juegos retóricos insulsos son patrimonio cultural. Si caen nuestros cuñados, caemos todos".

Este tuit resume bien lo que puede verse en un vídeo publicado en un canal de TikTok originalmente y que en las últimas horas se está viralizando en distintas redes sociales. En él se puede ver a un hombre mayor en la barra de un bar, asegurando al camarero del establecimiento que en su taza vacía de café hay tres cucharillas, cuando solamente se ve una.

"¿Cuántas cucharas ves aquí dentro de la taza?", le pregunta el cliente al camarero. "Una", responde sin ningún tipo de dudas. "Hay tres, y yo me juego el cortado contigo a que hay tres cucharas dentro de la taza, y el que lleve razón, paga", le replica el hombre.

"Ahora hay una", apunta la mujer que graba la escena, temiendo que el truco del cliente consista en añadir dos cucharas a continuación, algo que él descarta: "yo no voy a decir después ni nada". "Yo me juego el cortado a que hay tres, y el que lleve razón, paga", insiste con contundencia.

"Una", reiteran casi al unísono el camarero y la mujer que inmortaliza en vídeo la apuesta.

"¿Te juegas el cortado?", le espeta el cliente, a lo que el camarero, convencido de que no hay trampa ni cartón, puesto que solamente hay una cuchara en la taza, le contesta que sí acepta la apuesta. "Pues llevas razón tú, que hay una: paga el cortado. ¡Toma!", exclama el ganador, que se aleja de la barra mientras resuenan las risas de los presentes.

"¡Qué cabrón!", se escucha decir al camarero entre las carcajadas del personal. "El que tiene razón paga, ¿sí o no?", se justifica el pícaro vencedor del "duelo".

"Claro, es que lo ha dicho bien", confirma la mano inocente grabadora de este clip que demuestra la importancia de escuchar bien y dominar el lenguaje.

"Él dijo que hay una, y hay una, ahora a pagar", sentencia este experimentado consumidor de cortados gratis.

"El que tiene razón está tan seguro de que la tiene -porque es obvia y secundada por todos- que deja de prestar atención a las palabras y asiste al espectáculo. Es como funciona el ilusionismo. Nos gusta porque nos embelesa y el precio es pequeño. Nos hace sentir como niños", explica acertadamente un usuario en los comentarios en Twitter.