Sexismo

El Gobierno canario impone normas para que su personal use el lenguaje inclusivo

Los ordenadores del Ejecutivo canario tendrán instalado un corrector que detecta posibles expresiones del masculino genérico | Las imágenes deben evitar discursos visuales lesbofóbicos, transfóbicos o bifóbicos

Un equipo de funcionarios trabajando.

Un equipo de funcionarios trabajando. / LP

Flora Marimón

El Gobierno de Canarias incrementa las acciones para que el personal de la Comunidad Autónoma utilice el lenguaje inclusivo y evite el uso del masculino genérico, arraigado socioculturalmente y que puede fomentar estereotipos sexistas y roles de género. Un buen número de autoras y autores ha estudiado las consecuencias del androcentrismo y el sexismo en la comunicación, y concluye que tienen un potente impacto negativo en las personas, en su economía, en su salud y, en definitiva, en sus derechos. Así lo indica la Viceconsejería de Igualdad y Diversidad, que ha impulsado la instalación en los equipos informáticos del personal del Gobierno canario del 'plugin' Igualmás, una herramienta desarrollada dentro de la Estrategia Canaria de Transición Igualitaria como corrector de lenguaje inclusivo en LibreOffice, (el procesador de texto mayoritario en los ordenadores del Ejecutivo regional).

¿Y que hace esta nueva herramienta? Igualmás, que se está desplegando como actualización en los equipos del personal de la Administración pública autonómica, detecta posibles usos de masculino genérico y plantea soluciones alternativas.

En esta misma línea, la Viceconsejería ha actualizado también la Clasificación Nacional de Ocupaciones, Sispe. El listado responde al mismo sistema de codificación fijado a nivel nacional para no alterar el tratamiento uniforme de la información sobre ocupaciones, pero dando cumplimiento a las leyes de igualdad que supone superar el masculino como genérico.

La viceconsejera de Igualdad y Diversidad, Sylvia Jaén, expone que ambas herramientas se unen a la guía práctica 'Comunicar en tiempos de igualdad y diversidad' y a las infografías de consulta rápida que se han desarrollado para todas las áreas del Gobierno con el fin de que realicen una comunicación interna y externa con un lenguaje inclusivo, material en los que incluyen ejemplos prácticos, además de ofrecer un banco de imágenes que rompe con los estereotipos de las mujeres, como fotografías sexi cuando el contexto no lo requiere -una deportista, una modelo o una política, «cuando no se haría lo mismo en el caso de los hombres», se precisa en la guía práctica-, o cuando no se cuenta con ellas para representar actividades de liderazgo político, social o logros deportivos. El lenguaje y las imágenes sirven en numerosas ocasiones para discriminar a personas y colectivos, ya sea por su origen, creencias, sexo, identidad, orientación sexual u otros ejes de opresión, sostiene el la Viceconsejería.

La mayoría de las veces esto sucede de manera inconsciente, pero no por ello se debe mantener o justificar una forma de comunicación que vulnera derechos fundamentales, como la libertad o la dignidad. En este sentido, remarca que por cuestiones socioculturales se suele hacer uso del masculino genérico para referirse a dos o más personas, independientemente de su sexo asignado o sentido.

De hecho, en ocasiones incluso se emplea esta fórmula para designar a una mayoría de mujeres o a grupos en los que solo hay un hombre. De esta manera, se invisibiliza a las mujeres y las niñas, y a todas aquellas personas que no se sienten o no están incluidas en dicho masculino genérico. Según la guía práctica que ha elaborado la Viceconsejería, cuando un texto, una fotografía, un vídeo o cualquier material escrito o audiovisual invisibiliza y discrimina a una persona o a un grupo poblacional, tiene consecuencias en los imaginarios de la sociedad. No es lo mismo decir: "Se busca limpiadora", que decir: "Se busca profesional de limpieza", enunciado con el que sin duda más hombres se sentirán identificados para presentar su candidatura.

Este proceso de aprendizaje debe atender, precisa, a las normas gramaticales y estilísticas, pero se ha de tener presente que las lenguas están vivas y en constante cambio, apunta la Viceconsejería. Existen diferentes fórmulas de lenguaje sexista, como las "duales aparentes", que son aquellas palabras o expresiones que poseen diferente significado según se empleen en género masculino o femenino: "hombre público" versus "mujer pública"; las asimetrías, que es, por ejemplo, cuando las mujeres son nombradas por su género y los hombres por su profesión: "El Ayuntamiento galardonó a dos mujeres y dos policías"; o la anteposición del masculino, cuando en un enunciado se nombra primero al hombre y luego a la mujer, lo que puede reflejar una errónea jerarquización.

En cuanto a las imágenes, la guía práctica concluye que es imprescindible analizar las fotografías que se vayan a utilizar para cualquier acto de comunicación de la Comunidad a fin de que no existan prejuicios a raíz de la orientación sexual, así como de la identidad y expresión de género de las personas que son representadas, pues en algunos de estos casos, llevan consigo unos discursos visuales lesbofóbicos, homofóbicos, transfóbicos o bifóbicos, entre otros.

Normas para evitar un lenguaje sexista

Para evitar todo ello, despliega una serie de normas a tener en cuenta por el personal de la Comunidad Autónoma. En vez de decir «los ciudadanos canarios» se recomienda que se emplee "la ciudadanía"; en vez de "los electores, el electorado", o cambiar "los jóvenes, por la juventud", "los trabajadores, por la plantilla o los profesores, por el profesorado". Hay que hilar fino a la hora de expresarse. Y existen otros muchos más ejemplos que han remitido área por área para que los incluyan en su lenguaje, junto a la rigurosa selección de imágenes.

Recomiendan utilizar la perífrasis, entre otras fórmulas, consistente en usar más palabras para expresar una idea o concepto: en vez de «nosotros, nuestro Gobierno; de los hombres, el ser humano; o de los empresarios canarios, el sector empresarial». O hacer la regla invertida para determinar si el lenguaje es inclusivo, y ponen de ejemplo un titular: "¿Pueden sobrevivir las astronautas sin su maquillaje?". Si se aplica la regla invertida sería: "¿Pueden sobrevivir los astronautas sin su maquillaje?". El primer titular es claramente sexista. O, entre otras pautas, y con el objetivo de evitar situaciones de discriminación, señalan que se deben cambiar los formularios de modo que se ponga en todos los documentos "nombre elegido" para visibilizar la realidad de las personas trans.

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