Horas antes de que la captura el pasado 4 de abril en la República Dominicana del líder de Generación Zoe, el prófugo Leonardo Cositorto, acaparase toda la atención de quienes seguían el caso, un nuevo escándalo salpicaba el proceso sobre la empresa acusada de llevar a cabo una estafa piramidal internacional, esta vez en relación a los abogados que defienden en Argentina a las víctimas y a los principales acusados.

Saltaba a la luz en ese momento en las redes sociales el hecho de que el letrado que se presentó en televisión como representante de damnificados de Zoe, Ignacio Trimarco, es amigo íntimo de Miguel Ángel Pierri, el mediático y costoso abogado que defiende a Cositorto y a su número 2 en la organización, el también detenido Maximiliano Javier Batista

Además de esa declaración en Twitter de agosto de 2020, a finales del pasado mes diciembre, con el caso Zoe ya en plena ebullición y con motivo de la celebración del cumpleaños de Trimarco, se pudo ver a Pierri besándole y abrazándole en la fiesta.

Poco después de eso, Trimarco se presentaba en televisión como defensor de las víctimas de Zoe, a las que les cobraba por adelantado entre 200 y 500 dólares. Sin embargo, según ha podido saber este diario, el letrado advirtió a sus clientes de su amistad con Pierri, si bien les aseguró que una cosa es lo personal y otra distinta es lo laboral.

Trimarco respetaba de esta forma lo recogido por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, que otorga la matrícula habilitante para el ejercicio de la profesión, en el capítulo 6, apartado 19, punto D de su Código de Ética, que establece que "el abogado deberá poner en conocimiento inmediato de su cliente las relaciones de amistad, parentesco o frecuencia de trato con la otra parte, o cualquier otra circunstancia que razonablemente pueda resultar para el cliente un motivo determinante para la interrupción de la relación profesional".

Sin embargo, el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires reprueba en su código deontológico la aceptación de asuntos en esas circunstancias. Lo hace en el artículo 19 del apartado "Cualidades del Abogado", que dictamina que un letrado "debe también abstenerse de intervenir cuando (...) un motivo de amistad o parentesco pueda trabar su independencia. En suma, sólo debe ser aceptado un asunto que permita un debate serio, sincero y leal".

Algunos damnificados de Zoe le afearon a Trimarco una presunta dejadez a la hora de presentar las denuncias, pues se habría marchado de viaje a Nueva York sin haber acometido antes esa tarea, algo que a su juicio beneficiaría a la otra parte.

Otra imagen de ambos abogados reunidos, extraída de un vídeo emitido por una televisión argentina, levantó más suspicacias entre las víctimas.

En mitad de la polémica, la puesta en circulación en Twitter de un video de Trimarco en televisión donde primero aparenta desconocer los contratos de fideicomiso de Zoe que se filtraron en internet para después aseverar que hablar de eso es "peligroso para la investigación", y en el que también dice estar "conteniendo a la gente" (en alusión a sus clientes), terminó por nutrir en las redes sociales una teoría de la conspiración entre él y Pierri.

Preguntado en ese mismo programa sobre si el actor Gabriel González, alias "Rosita", es víctima o cómplice de Cositorto, Trimarco aseguraba contundente que "para mí es una víctima, sin lugar a dudas". 

Eso fue antes de que el colaborador de Cositorto, que ejercía de presentador de sus actos y galas, viajando con él incluso en jet privado, renegara de Zoe y defendiera ser solamente un alumno de sus cursos de coaching.

El citado intérprete, a quien Cositorto patrocinó una obra de teatro, promovió activamente los negocios de Zoe en numerosos eventos en distintos países, llegando a publicitar en televisión la criptomoneda Zoe Cash diciendo que valdría 55 dólares, cuando hoy cotiza a 0.0002 euros.

Aunque sin citar su nombre, el mensaje de Trimarco sobre Gabriel González cambió tras la "traición" de éste a Cositorto.

La polémica abierta entonces sobre la ética y la estética en la actitud de ambos letrados del caso Zoe se ha intensificado después de la celebración de otro cumpleaños, en este caso el de Pierri.

Y no ha sido solo por la esperable asistencia de su colega y amigo Trimarco, sino por la presencia en la fiesta de Leonardo Nastacio, un joven que se presentó en televisión como el primer supuesto denunciante de Zoe en la Ciudad de Buenos Aires.

Leonardo Nastacio, de 21 años y "actor" en Onlyfans, dijo en varias televisiones, acompañado siempre de Trimarco, que del hipotético dinero que invirtió en Zoe (8.000 dólares), cobró únicamente la cuota de enero, por valor de 5.300 dólares, pero la de febrero ya no, ni tampoco la de marzo. Habló también del contrato de fideicomiso recalcando que era un contrato "a tres años".

Casualmente, dos de las patas de la estrategia de Pierri en la defensa de Cositorto son que todos los pagos se venían efectuando en tiempo y forma hasta que el bot de Navidad, que ofrecía el 100% de rendimiento en 3 meses, fue el que originó los primeros incumplimientos; y sobre los contratos de fideicomiso, que al ser a 3 años no había estafa sino demora en los pagos.

Otro de los puntos en los que insiste reiteradamente en sus intervenciones públicas Trimarco es que Zoe no contaba con las autorizaciones legales para operar ese tipo de inversiones.

Ese argumento cae de lleno sobre la espalda de otro de los acusados del caso Zoe, su director jurídico, el exjuez Héctor Luis Yrimia, a quien Pierri dejó de representar cuando Cositorto y su número 2, Maximiliano Javier Batista, decidieron atribuirle toda la responsabilidad sobre lo ocurrido.

En puridad, hasta la fecha no hay nada reprochable legalmente en las actuaciones de Trimarco y Pierri. Ahora bien, las mismas levantan tantas preguntas como alimentan sospechas. En las redes sociales no han tardado en aparecer, incluso por parte de otros abogados:

Y es que surgen preguntas razonables como:

¿Por qué pasear siempre por televisión a la misma víctima, teniendo decenas de damnificados y algunos con montantes invertidos mucho superiores, según el propio Trimarco, que llegó a hablar de gente que vendió su casa y puso hasta 70.000 dólares?

¿Se entiende que la víctima de una estafa, que según dice metió a su familia en la misma y está por ello hundido anímicamente, acuda a la fiesta de cumpleaños del abogado que defiende a su estafador?

¿Es casual que los argumentos de la acusación de Trimarco se alineen tanto con los de la defensa de su amigo Pierri y vayan dirigidos en última instancia contra Yrimia, quien se ha convertido en el chivo expiatorio de Cositorto y Batista?

¿Aunque solo sea por aquello de que "la mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo" no deberían guardar un poco los apariencias?

¿Tiene sentido, visto lo visto, que Pierri se ande con subterfugios hoy para hablar de su relación con Trimarco?

¿De verdad no hay damnificados a los que la situación no les despierte el más mínimo recelo?

La inminente extradición a Argentina de Leonardo Cositorto, a quien en el vídeo superior vemos hoy siendo trasladado por la Interpol a su salida de Santo Domingo y que llega esta madrugada (hora española) al aeropuerto de Ezeiza, podría resolver algunas de estas incógnitas con su declaración.

Actualización: horas después de la publicación de este artículo, Ignacio Trimarco publicó este mensaje con fotos en Instagram:

"En el festejo de Cumpleaños de mi amigo @pierrimiguelangel! Un gran profesional y una gran persona, con quien a veces nos toca estar del otro lado del mostrador por nuestra querida profesión, la que desempeñamos con total ética y formalismo!", escribe el abogado.