La Policía Nacional de Benidorm desmantela el mayor laboratorio de producción de éxtasis de España
Doce detenidos en Altea y Sueca con cerca de 1.900 litros de droga sintética valorada en 105 millones de euros en el mercado negro
La Policía Nacional de Benidorm ha intervenido un alijo de éxtasis valorado en 105 millones de euros al desmantelar en Simat de la Valldigna, en el partido judicial de Sueca, el mayor laboratorio de producción de este tipo de droga sintética -MDMA- descubierto hasta la fecha en España. En la operación han sido detenidas en Altea y Sueca 12 personas relacionadas con la producción de anfetaminas a gran escala para distribuir por todo el país e incluso en el extranjero y en los cinco registros realizados han intervenido cerca de 1.900 litros de MDMA -conocido como éxtasis o "cristal"-, 1.000 litros de precursores para producir más droga y otros mil litros de residuos químicos.
Los 1.900 litros de MDMA, una vez transformados a su estado sólido (cristalización), se habrían convertido en más de dos toneladas de éxtasis -2.185 kilos-, por lo que los investigadores sospechan que la red podrían estar suministrando el estupefaciente también a traficantes de otros países europeos. Cuatro de los arrestados, entre ellos los dos cabecillas apresados en Altea -de origen marroquí- y los dos detenidos en el laboratorio - -dos químicos holandeses con antecedentes en su país-, han ingresado en prisión tras ser puestos a disposición del juzgado de Instrucción número 2 de Benidorm.
El balance de la exitosa operación antidroga ha sido presentado esta mañana en la sede del depósito judicial de Alicante, donde han comparecido el comisario de Benidorm, Ceferino Serrano, y el responsable de la investigación de esta misma comisaría, Víctor Manuel Galvañ, así como el inspector Juan de Mata Muñoz, de la Brigada Central de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial.
Agentes del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Benidorm iniciaron la investigación el pasado octubre tras tener conocimiento de la existencia de un entramado criminal, asentado en la zona de levante, que presuntamente se estaba dedicando a la elaboración de drogas sintéticas.
Los investigadores de Benidorm identificaron a dos sospechosos a los que realizaron diversas vigilancias y seguimientos hasta centrar y ubicar varios inmuebles. Estas dos personas, de origen marroquí y afincadas en Altea, eran aparentemente los cabecillas de la red y carecían de antecedentes.
Los agentes localizaron inicialmente una especie de chabola en Altea la Vella -de ahí que la operación se bautizara como «Chamizo»- donde se sospecha que podría estar inicialmente el laboratorio de drogas, ya que entraban y salían con garrafas. Sin embargo, las pesquisas posteriores condujeron hasta una casa de campo situada en la zona de Simat de la Valldigna y Bàrig, en el partido judicial de Sueca.
Productos químicos
En esta vivienda pudieron observar un trasiego inusual del resto de miembros del entramado y recabaron otros indicios que confirmaban sus sospechas, como un fuerte olor a productos químicos o el transporte excesivo de garrafas de plástico por los investigados. Además, usaban mascarillas tipo industrial cuando accedían y salían de la casa de campo y algunos se cambiaban de ropa después de haber estado en el interior.
Según la Policía, la organización había elegido la ubicación del centro de operaciones de forma estratégica para tratar de pasar inadvertidos, ya que el laboratorio se encontraba en una zona boscosa y montañosa, con caminos de acceso deteriorados y estrechos.
Los investigados tenía asignadas diferentes tareas en el entramado. Así, uno de los investigados era el que realizaba el traslado del resto de miembros hasta el laboratorio y otro de ellos el que transportaba la droga desde el laboratorio hasta los lugares de almacenaje o “guarderías”, donde tenían el éxtasis hasta su distribución al comprador final.
Otro de los integrantes de la organización ejercía como vigilante de la droga para evitar ser asaltados por otras redes criminales, mientras que otro aprovechaba que carecía de antecedentes para ceder su documentación con el fin de alquilar los inmuebles utilizados y no alertar a la Policía. Por último, estaban los responsables o cabecillas que dirigían la organización.
Los integrantes de la organización, salvo los cabecillas, adoptaban unas fuertes medidas de seguridad para evitar la investigación policial y usaban entre cinco y diez vehículos de diferentes marcas y colores para dificultar la vigilancia de las Fuerzas de Seguridad. Por contra, los cabecillas actuaban como «ciudadanos ejemplares», no intentaban despistar y llevaban una vida normal, aunque ambos carecían de trabajo.
La explotación de la operación se precipitó el pasado 17 de enero, cuando los agentes decidieron dar el alto a dos de los investigados cuando iban a marcharse del laboratorio de Sueca en uno de los vehículos utilizados para transportar las garrafas de plástico. Los dos investigados, al verse sorprendidos, aceleraron bruscamente con la intención de atropellar a los agentes, pero evitaron ser arrollados al lanzarse a la cuneta.
Los sospechosos fueron perseguidos e interceptados por la Policía. En el turismo llevaban dos garrafas de 5 litros cada una y al comprobar luego su contenido se confirmó que contenían anfetamina, por lo que se procedió a realizar el resto de detenciones y registros domiciliarios.
La Policía detuvo a 12 varones, de nacionalidad holandesa, marroquí y española, y practicó cuatro registros en Altea y otro en una casa de campo del partido judicial de Sueca, donde se descubrió un macrolaboratorio y se intervinieron cerca de 1.900 litros de MDMA (conocido como "cristal" o éxtasis), 1.000 litros de acelerantes y precursores para elaborar más anfetaminas y 1.000 litros de residuos químicos, un alambique de grandes dimensiones, decantadores, tornos, fogones, probetas, básculas de precisión y equipos de protección individual, entre otros elementos dedicados a la elaboración y almacenaje de la droga y sus precursores.
Dada la magnitud del material intervenido y la complejidad de la maquinaria encontrada en los registros, los policías de Benidorm fueron asistidos por agentes adscritos a la sección de Sintéticos de la Brigada Central de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial. Además, debido a la peligrosidad de las sustancias se solicitó la colaboración del Grupo TEDAX-NRBQ de la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Valencia y del Grupo de Inspecciones y Muestreo de la Comisaría General de Policía Científica.
Delito ambiental
Los agentes pudieron observar en el registro del laboratorio que las sustancias químicas sobrantes de la preparación de la droga sintética eran desechadas por unos tubos que salían hasta el exterior y acababan vertidas en el campo con el consiguiente daño ambiental, por lo que también han sido imputados como presuntos responsables de un delito contra el medio ambiente.
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