Neurociencias

La gente no sueña lo mismo en todas partes

La función emocional de los sueños depende del entorno sociocultural, descubre un estudio

El contenido de los sueños varía según la cultura. La ansiedad domina en los países desarrollados.

El contenido de los sueños varía según la cultura. La ansiedad domina en los países desarrollados. / Archivo.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Los sueños de las sociedades indígenas africanas difieren significativamente de los de los países occidentales. Los primeros son más amenazantes, pero también más orientados a la sociedad que los de la población occidental, más proclives a las emociones negativas y a la ansiedad.

Soñar es una experiencia alucinatoria común a todos los seres humanos. Es un producto de la neurofisiología de nuestro cerebro que puede adoptar muchos tonos emocionales y simular la realidad en diversos grados.

Como resultado, todavía no hay una respuesta clara a la pregunta de por qué soñamos. Sí sabemos que es una experiencia compleja que se produce principalmente durante la fase de sueño paradójico, conocida como fase de movimientos oculares rápidos (REM), pero también que puede ocurrir en cualquier otra etapa del sueño.

Sin embargo, 124 años después de que Sigmund Freud comenzara a estudiar los contenidos de los sueños, todavía desconocemos muchas cosas acerca de las funciones fisiológicas, emocionales o culturales que tiene el sueño, y tenemos muchas dudas sobre si regula nuestras emociones y si nos prepara para afrontar una situación específica.

Nueva mirada

Para profundizar en estas cuestiones, un estudio dirigido por las universidades de Ginebra (UNIGE) y Toronto, y los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), comparó los sueños de dos comunidades recolectoras, en Tanzania y la República Democrática del Congo, con los de personas que viven en Europa y América del Norte. Y descubrió que la gente no sueña igual en todas partes y que los sueños pueden tener una función emocional variable.

Observó que los dos primeros grupos producían sueños más amenazadores, pero también más catárticos y de orientación social, que los grupos occidentales: tenían que ver, por ejemplo, con situaciones de peligro superadas con el apoyo de su comunidad.

Entorno sociocultural

Estos resultados, que se publican en Scientific Reports, muestran cuán fuertes son los vínculos entre el entorno sociocultural y la función de los sueños, enfatizan los autores de este trabajo.

Los investigadores utilizaron un modelo lineal de efectos mixtos para analizar 896 sueños de 234 individuos de estas poblaciones, registrados mediante diarios de sueños.

Los textos de los sueños se procesaron utilizando el diccionario Linguistic Inquiry and Word Count (LIWC-22) que sirve para analizar el lenguaje para comprender los pensamientos, sentimientos, personalidad y las formas en que unas personas se conectan con otras. La investigación se centró en cuatro términos LIWC-22 para analizar los contenidos de los sueños: amenaza, emoción negativa, emoción positiva y comunidad.

Amenazas y emociones negativas

Los resultados revelaron que los BaYaka, en la República Democrática del Congo, mostraban un mayor contenido de sueños orientados a la comunidad. Tanto los BaYaka como los Hadza, en Tanzania, exhibían un mayor contenido de sueños amenazantes, mientras que, al mismo tiempo, los Hadza mostraban bajas emociones negativas en sus sueños.

El grupo de pacientes con trastorno de pesadillas de Europa y América del Norte tenía un mayor contenido de emociones negativas, y la muestra de estudiantes canadienses durante la pandemia de COVID-19 mostraba a su vez el mayor contenido de ansiedad.

Estos hallazgos sugieren que los entornos socioculturales influyen en el contenido y la función de los sueños de forma categórica, concluyen los investigadores.

Función adaptativa

Lo que no queda tan claro todavía es si los sueños cumplen una función adaptativa al simular situaciones amenazantes y sociales. Las más recientes teorías sugieren que esta simulación onírica podría tener una ventaja evolutiva al promover un comportamiento adaptado a las situaciones reales que nos vamos a encontrar cuando despertamos.

''Sin embargo, en este estudio es difícil deducir vínculos causales entre los sueños y el comportamiento diurno. Tampoco debemos concluir que los sueños en grupos de individuos occidentales no tengan una función emocional", explica Lampros Perogamvros, uno de los autores de este trabajo, en un comunicado.

Aunque parece claro que además de una función adaptativa los sueños desempeñan una especie de modulación emocional, el presente estudio solo muestra que existe una fuerte relación entre nuestra vida sociocultural y la función de los sueños.

Según los investigadores, los sueños en las poblaciones no clínicas pueden regular eficazmente las emociones al vincular posibles amenazas con contextos seguros, reduciendo la ansiedad y las emociones negativas a través de la liberación o catarsis emocional.

En conclusión, este trabajo, sin ser determinante respecto a la función adaptativa o emocional de los sueños, contribuye a nuestra comprensión del significado evolutivo de este estado alterado de conciencia, sin que ello signifique que resuelva todas nuestras dudas sobre el sueño y su función en la vida de las personas.

Referencia

Evidence for an emotional adaptive function of dreams: a cross-cultural study. David R. Samson et al. Scientific Reports, volume 13, Article number: 16530 (2023). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-023-43319-z