Astronomía

Descubren una de las estrellas más antiguas del Universo muy cerca de la Vía Láctea

Es una de las estrellas que explotaron y enviaron nuevos elementos químicos a través del espacio en los inicios de la historia cósmica

Es una de las estrellas que explotaron y enviaron nuevos elementos químicos a través del espacio en los inicios de la historia cósmica

La Gran Nube de Magallanes (LMC) puede apreciarse en la esquina inferior derecha de esta imagen de la Vía Láctea, vista por el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA).

La Gran Nube de Magallanes (LMC) puede apreciarse en la esquina inferior derecha de esta imagen de la Vía Láctea, vista por el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA). / Créditos: ESA/Gaia/DPAC.

Pablo Javier Piacente

La estrella LMC 119 fue apreciada en la Gran Nube de Magallanes, muy cerca de la Vía Láctea, y es la primera estrella de la segunda generación de formación estelar del Universo que se ha identificado en otra galaxia. Esta estrella, una de las más antiguas en el cosmos descubiertas hasta hoy, proporciona una ventana única al proceso de producción de elementos tempranos en galaxias distintas a la nuestra.

Un equipo internacional de científicos liderado por especialistas de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, ha anunciado el hallazgo de una estrella de las primeras generaciones que poblaron el Universo, que originalmente se formó en una galaxia diferente a la nuestra. Es el primer descubrimiento de este tipo, siendo además una de las estrellas más antiguas que se han identificado hasta el momento. El trabajo se resume en un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Astronomy.

Las primeras generaciones de estrellas

En los primeros cientos de millones de años después del Big Bang, la primera generación de estrellas transformó al Universo. En el interior de sus núcleos, el hidrógeno y el helio se fusionaron para crear una amplia diversidad de nuevos elementos químicos. En el momento en que estas estrellas murieron y explotaron, desperdigaron estos nuevos elementos a través del cosmos. El hierro, el calcio y el sodio, cruciales para el funcionamiento del cuerpo humano, surgieron en el corazón de una estrella muerta hace miles de millones de años.

De esta forma, los astrónomos buscan identificar estas estrellas antiguas porque cargan una información crucial sobre el nacimiento del cosmos y el desarrollo de los primeros elementos que posibilitaron la vida, tanto en nuestro planeta como, quizás, en algún lejano mundo distante. Ahora, los investigadores han utilizado datos del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) y otros instrumentos para identificar a la estrella LMC 119, dentro de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia contigua a la Vía Láctea.

Se trata de una estrella de la denominada segunda generación estelar, siendo una de las más antiguas descubiertas hasta hoy y, principalmente, la primera en su tipo identificado fuera de la Vía Láctea. “Hemos construido una idea de cómo se ven estas estrellas que fueron enriquecidas químicamente por las primeras estrellas en la Vía Láctea, pero aún no sabemos si algunas de estas firmas son únicas, o si las cosas sucedieron de manera similar en otras galaxias. Por eso es tan importante este hallazgo", indicó en una nota de prensa el científico Anirudh Chiti, autor principal del nuevo estudio.

Diferentes procesos de formación estelar

La Gran Nube de Magallanes (LMC) es la galaxia satélite más masiva de la Vía Láctea, que alrededor de 2 mil millones de años atrás fue atrapada por la influencia gravitacional de nuestra galaxia. Como las estrellas que la conforman se formaron fuera de la Vía Láctea, tiene una importancia crucial para entender cómo se desarrollaron otras partes del cosmos en sus inicios.

LMC 119 llamó la atención de los astrónomos porque tiene una menor cantidad de elementos pesados que cualquier otra estrella vista en la Gran Nube de Magallanes. Esto significa que probablemente se formó a raíz de la primera generación de estrellas, por lo que no logró acumular más elementos pesados, en el transcurso de múltiples explosiones estelares a lo largo de sucesivas generaciones. Esto es lo que sucede en el caso de estrellas más nuevas, como por ejemplo el Sol.

“En sus capas externas, estas estrellas antiguas como LMC 119 conservan los elementos que las formaron. Al encontrar una estrella muy antigua y obtener su composición química, puedes entender cómo era la composición química del Universo donde se formó esa estrella, hace miles de millones de años”, agregó Chiti en el comunicado.

Por último, los científicos destacaron que la diferencia en la composición química de LMC 119 con la identificada en las estrellas más antiguas de la Vía Láctea sugiere que quizás el proceso de formación estelar en los inicios del cosmos no fue uniforme o generalizado, sino que estuvo influenciado por el ambiente, teniendo condiciones únicas y particulares en cada región del cosmos.

Referencia

Enrichment by extragalactic first stars in the Large Magellanic Cloud. Anirudh Chiti et al. Nature Astronomy (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41550-024-02223-w