Entrevista | Aitor Gabilondo Director del Servicio de Cooperación en Vitoria

«Con 1,9 millones, Alicante cumpliría con el objetivo de dar el 0,7 % a cooperación»

El funcionario ha estado treinta años llevando a cabo políticas municipales de solidaridad fuera en Latinoamérica y África desde el Ayuntamiento de Vitoria

Aitor Gabilando ayer durante su intervención en la Universidad de Alicante.

Aitor Gabilando ayer durante su intervención en la Universidad de Alicante. / Héctor Fuentes

J. A. Martínez

J. A. Martínez

Ha estado más de treinta años al frente de un servicio que ha llevado a cabo planes de cooperación pioneros y que han hecho de esta ciudad vasca un referente. El día de su jubilación le ha llegado en Alicante mientras participaba en unas jornadas sobre cooperación en la Universidad. Aitor Gabilondo explicaba este miércoles en la Universidad de Alicante su experiencia en el mundo de la cooperación desde las políticas municipales, en una ciudad donde este tipo de programas no son una prioridad en los presupuestos municipales. En cambio, desde Vitoria ha impulsado programas de este tipo de El Salvador, Costa Rica, Marruecos o Guínea Ecuatorial.

Pregunta: Vitoria es un referente mundial en cooperación, con programas pioneros y es una de las pocas ciudades que aporta el 0,7, ¿por qué es importante para los municipios?

Respuesta: Porque es coherente con una labor que tienen que tener los municipios como es la solidaridad. Deben responder a la ciudadanía pero en especial a esa parte de la ciudadanía que es más excluida. Los ayuntamientos tienen muchas capacidades y gestionan muchas cosas que son muy útiles para la cooperación al desarrollo, desde el agua a la recogida de residuos. Hay una tendencia de medir en dinero las cooperación, pero éste no se convierte milagrosamente en avances de desarrollo o de bienestar. Hay que hacer cosas para que tengan efecto. Estos países tienen necesidades muy concretas y la experiencia de los ayuntamientos puede ser muy útil. No es sólo dinero, es aportar recursos técnicos, de conocimiento.

P.: Vitoria es una ciudad premiada y reconocida por su labor ambiental, social y sostenible, ¿las políticas de solidaridad forman parte de esa calidad de vida por la que apuestan?

R.: La agenda urbana de Vitoria considera la cooperación como algo inherente a sus políticas y que contribuye a fomentar la solidaridad en el municipio. También hemos recibidos poblaciones de otros países y las políticas de convivencia en la ciudad son importantes y el poder participar en la viuda municipal encaja muy bien,

P.: ¿Qué tendría que aportar el Ayuntamiento de Alicante para cumplir con el compromiso de destinar el 0,7 % del presupuesto a cooperación?

R.: Cada municipio calcula el 0,7 % a su manera. Utilizando las mismas medidas que usamos los ayuntamientos vascos, según el cálculo que hecho supondría destinar 1,9 millones del presupuesto a cooperación nosotros destinamos 2,8 millones. De todos modos, la situación de los ayuntamientos vascos es distinta a las del resto del Estado.

«Los ayuntamientos tienen experiencia de gestión en materias que pueden ser útiles para la cooperación al desarrollo»

P.: No parece una cifra excesiva para los fondos que se manejan en este ayuntamiento...  

R.: Un 0,7 en principio no tiene por qué desequilibrar un presupuesto.

P.: ¿Qué ha aportado la cooperación a la convivencia en Vitoria?

 R.: Es importantes que personas de otros países participen en la vida del municipio y que opinen sobre lo que se hace tiene interés porque tienen un conocimiento directo de sus lugares de origen y eso aporta información a los funcionarios por ejemplo de Servicios Sociales sobre la situación a la que se tienen que enfrentar.

«Es obvio que en los discursos de la derecha existe un riesgo absoluto para llevar a cabo las políticas de solidaridad»

P.: ¿Teme que el auge de partidos como Vox y la dependencia del PP de sus votos reduzca estas partidas?

R.: Es evidente que en los discursos de la derecha existe un riesgo absoluto para la cooperación. Tienen la tentación de suprimir lo que viene de fuera y la negación de la cooperación misma. No es exclusivo de Vox.

P.: ¿Han sufrido ustedes esos recortes en Vitoria?

R.: En 2012 y 2015 prácticamente se suprimió la cooperación porque no hubo presupuesto, gobernaba como alcalde Javier Maroto decidió cortar la cooperación con el argumento de la crisis. En esa legislatura como hubo un acuerdo presupuestario con el PNV se logró dos años dentro del acuerdo mantener la cooperación. Se quitó de un plumazo. En estos treinta años, han gobernado en distintos momentos PSOE; PNV y PP y con los tres se ha podido mantener y hasta se ha impulsado en algunos momentos.

«Llevar a cabo este tipo de actuaciones es una manera de mejorar la convivencia en el propio municipio»

P.: ¿Qué le diría a técnicos y ONGs que empiezan as dedicarse a estas materias en España?

R.: Animaría a todos los ayuntamientos a que tengan una acción de cooperación. Si son pequeños y no pueden hacerlo en solitario, tienen la opción de agruparse entre varios a través de fondos municipales de cooperación para llevar as cabo determinados programas. Que no sólo piensen en recursos económicos, sino también en recursos técnicos. A las ONGS les diría que sigan insistiendo y peleando por la necesidad de la cooperación porque en los momentos críticos se ha visto que las únicas que han defendido el modelo han sido ellas. Pero la cooperación no es sólo para las ONGs. No es tan importante quién gestiona, sino qué capacidad tenemos de sumar recursos interesantes a lo que hacemos en cooperación.

P.: ¿Asigna la nueva ley de cooperación el papel que deberían tener los ayuntamientos?

R.: No conozco demasiado la nueva ley, porque me pilla de salida, pero diría que no concede la importancia que debería tener y que ha tenido en el caso español la cooperación descentralizada, es decir el papel de las administraciones que están por debajo del Estado Central y en especial a los ayuntamientos. De las cosas que se pueden echar en falta son programas en los que colaboremos a distintos niveles tanto el Estado Central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. El País Vasco tiene un proyecto de Ley de Cooperación, que ya veremos cuándo se aprueba y en qué queda, que sí concede más importancia a las administraciones del País Vasco. Es mucho más fácil poner se acuerdo a un ayuntamiento con su comunidad que con Madrid.