El nuevo y ansiado colegio de primaria del Rincón de Bonanza, pedanía de Orihuela, está cerca de convertirse en una realidad. Aunque el edificio estaba acabado en septiembre, el Ayuntamiento ha necesitado unos meses para ultimar la urbanización del entorno del colegio (aceras o asfaltado de calzada) y los trabajos se están acabando, hasta el punto de que ya pueden pasar los camiones para depositar el nuevo mobiliario. Según el edil de Educación de Orihuela, Antonio Ortiz, empleados del colegio y del Ayuntamiento están manos a la obra montando y organizando las aulas, que estarán definitivamente listas el lunes día 14.

De este modo, se podrá cumplir -si no hay imprevistos- la fecha anunciada al inicio de este curso escolar: El día 7 de enero, a la vuelta de las vacaciones de Navidad, los niños podrán ocupar sus nuevos pupitres y olvidarse del barracones y del viejo edificio donde ahora reciben las clases (inmueble que, por otra parte, se derribará para construir un centro social con cargo al Plan Confianza de la Generalitat).

Según Ortiz, el último trámite burocrático será que las distintas administraciones implicadas firmen la entrega de las obras, una cuestión que no tiene por qué complicar la inauguración oficial del colegio en menos de un mes, después de muchos años de lucha por parte de la asociación de padres y madres de la pedanía.