Hay caras largas por doquier. Sentimiento de que el Ayuntamiento no cuenta con ellos. "Sabían que veníamos y se han ido de vacaciones", aseguran por el megáfono. Los ánimos se van calentando. Comienzan los insultos de todo tipo, las denuncias soterradas y la sensación de impotencia que lo inunda todo. Guardia Civil y Policía Local no tienen trabajo porque todo discurre con tranquilidad. Hay jóvenes parejas que dicen estar en el paro. Un hombre mayor se lamenta: "Tengo una pensión de 700 euros, ¿de dónde voy a sacar 24.000?". A su lado otro masculla: "Pues que pague porque perderá su casa, que se ande con cuidado".

La urbanización El Oasis responde a un modelo de construcción de hace 30 años donde se extendió el "todo vale". No había calles, ni servicios, pero los sucesivos ayuntamientos fueron haciendo la vista gorda. Cobraban la contribución -"este año a mí me ha subido cien euros, de 300 a 400", se lamenta una mujer- y apenas ponían reparos.

El problema surgió cuando en 1998 se aprobó el Plan General que exigía un modelo urbanístico para la zona. El Ayuntamiento, asegura, lleva desde 2002 negociando este tema que, de aquí, no pasa. Antes de acabar el año la obra estará hecha, "sí -añade otro afectado- pero la obra no incluye tampoco la conexión a las viviendas y eso ¿quién lo paga?".