El concejal y diputado provincial Domingo Soler, suspendido de militancia por el PP, fue ayer el primer edil en ocupar su silla en el pleno "no vaya a ser que me lo quiten después de 20 años", exclamó. Soler no empleó, como en la anterior sesión, los ruegos para que se visualizara el conflicto que (también) divide al PP, más si cabe tras las informaciones que lo sitúan en una candidatura independiente a la Alcaldía. Posibilidad de la que, con algunos nervios, hicieron chanza sus compañeros del PP.