Bienestar emocional y empleo

Las entidades antiestigma piden regresos flexibles tras una baja por salud mental

Discriminación, falta de confianza o paternalismo, principales actitudes negativas hacia los reincorporados

El regreso tras una baja por salud mental, reto psicológico.

El regreso tras una baja por salud mental, reto psicológico.

Fidel Masreal

Tan importante como saber parar y recibir la baja laboral es también saber regresar en las mejores condiciones. Esta premisa del mercado laboral y de la vida en general es todavía más importante en las bajas relacionadas con la salud mental. Lo saben bien las entidades que defienden a personas y familias en esta situación de vulnerabilidad. Tenerlo presente es clave dada la magnitud de los datos: se han registrado 600 mil bajas por salud mental en todo el Estado en el 2023, un 15% más que el año anterior.

"El empresario ha de tener mucha empatía y entender nuestra situación, porque para nosotros no es fácil aguantar el estrés y la presión y esto nos provoca recaídas", explica Anabel Romero, de 27 años, trabajadora diagnosticada con un trastorno bipolar. Después de una baja estas demandas son especialmente importantes: "Quiero que no me juzguen, porque soy igual que todos mis compañeros, y por el hecho de tener un problema mental mi baja no es diferente". Anabel trabaja con compañeros con discapacidad intelectual y está muy orgullosa del apoyo mutuo que existe en su empresa.

Quiero que no me juzguen, porque soy igual que todos mis compañeros

Anabel Romero

— Trabajadora de 27 años

Hablar con confianza y claridad

Ángel Urbina, vicepresidente de Salut Mental Catalunya y presidente de Asociación La Muralla de Tarragona, pone el foco en la incomprensión: "Si los compañeros o la empresa no tienen cultura de salud mental, podría parecer que la persona que ha cogido la baja es una cara dura cuando en realidad está mal, yo tenía un compañero con problemas de salud mental y recuerdo comentarios de mi padre que no comprendía esta situación". Urbina pone una palabra clave encima de la mesa: confianza. "Pero no solo del jefe o de los trabajadores con la persona que ha cogido la baja, sino de esta hacia ellos para poder decir con claridad cómo se siente; el mayor problema es que haya oscuridad, porque genera malentendidos".

El miedo

“Las personas que se reincorporan al trabajo tras una baja por cuestión de salud mental pueden tener miedo a no ser capaces de afrontar el día a día, a no gestionar situaciones de estrés como antes", plantea el presidente de Salud Mental España, Nel González. Por ello pide que las empresas dispongan de planes de reincorporación para adaptar el entorno de trabajo, flexibilidad o ajuste de horarios "respetando los tiempos de la persona y su privacidad". El objetivo es generar una cuestión decisiva en salud mental: la confianza en las propias capacidades al regresar al puesto de trabajo.

Los principales problemas detectados por las entidades son los prejuicios basados en la falta de confianza, la discriminación o el paternalismo. La Federación de entidades ha lanzado la campaña #EmplearSinBarreras.

UGT pide flexibilidad

Camil Ros, líder de la UGT de Catalunya, se queja de que no existe una recuperación gradual al trabajo. "En algunas enfermedades no debería ser tan blanco o negro lo de las altas y bajas, debería haber una gradualidad, e incluso la gente podría volver antes", opina. Podría volver antes si existiese una mejor red de asistencia psicológica pública, añade Ros. Además, todavía no están reconocidas ciertas problemáticas psicológicas como enfermedad profesional. La ley de prevenciones de riesgos laborales es de 1995 y no ha sido actualizada.

En algunas enfermedades no debería ser tan blanco o negro lo de las altas y bajas, debería haber una gradualidad

Camil Ros

— Secretario general de UGT Catalunya

Ros apunta también al factor humano: "Depende de cada caso, que la reincorporación sea mejor o peor, en función de la sensibilidad que tenga la empresa, de si hay comité de salud...y de si la persona lo explica". El dirigente sindical es de la opinión de que queda un camino por recorrer para que la salud mental se incorpore como una enfermedad más. Y evitar actitudes como la de "tómatelo mejor" por parte del entorno de empleados.

Pimec se compromete

Óscar Martín, responsable de seguridad y salud laboral de la patronal PIMEC usa misma palabra que Salud Mental España: confianza. "Si hay un clima de confianza entre ambas partes es más fácil hacer esta progresión y adaptación tras la baja".

Martín recuerda que el trabajado no está de entrada obligado a explicar porqué ha estado la baja. Y en caso de no existir tanta confianza, el protocolo recomienda enviar a la persona a un especialista del trabajo para valorar sus condiciones y emitir un informe sobre si es apto o no y formular observaciones que serán las que el empresario ha de tener en cuenta para adaptar el puesto de trabajo a las necesidades de esa persona. Martín coincide con la UGT en la necesidad de mejorar las prestaciones de salud laboral para poder facilitar que el alta o la baja sean más ágiles.

Si el trabajador se ha de reincorporar con una jornada del 80%, ¿el otro 20 quién lo asume?

Óscar Martín

— Responsable de seguridad y salud laboral de PIMEC

Otra derivada de este debate entra ya en el terreno económico: si el trabajador se ha de reincorporar con una jornada laboral del 80%, "¿el otro 20% quién lo asume? La empresa o la seguridad social -apunta Martín- porque algunas firmas podrán asumir este porcentaje y otras no tanto". Esta polémica demuestra que resolver estas necesidades no es fácil y que, pese a las buenas palabras de todas las partes, "tenemos campo por recorrer", admite Martín.