Es un cultivo que aguanta como pocos la mala calidad de las aguas de riego que caracteriza a las comarcas de la Vega Baja y el Baix Vinalopó, que vendrá bien a las tierras porque es de raíces profundas y beneficiará a la rotación de los terrenos agrícolas, pero además da como resultado una calidad excepcional en estas tierras y con este clima. El algodón del sur de Alicante es el mejor de Europa y se sitúa entre los mejores del mundo (comparable con el egipcio), y esto no lo dicen los agricultores, sino que lo avalan los estudios de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO).

Ya han iniciado la recogida los siete agricultores que han participado en este proyecto experimental liderado por la Universidad Miguel Hernández para convencer al Ministerio de Medio Ambiente de que conceda a Alicante mil hectáreas, un pequeño cupo de las subvenciones europeas (sólo un 2% de las que actualmente se lleva Andalucía, casi la totalidad de las asignadas al país). La iniciativa de reintroducir el algodón en la comarca (tras dos décadas abandonado) surgió hace dos años de la Politécnica, pero ya tiene el apoyo de más de 250 agricultores que firmaron precontratos para demostrar al Ministerio que están interesados en cultivar. Dependen ahora de una decisión del Gobierno central, que el año pasado ya dio la espalda a la petición de la Comunidad Valenciana.

Para más confirmación de que el cultivo tendrá salida, las asociaciones de hiladores de toda España han reconocido que este nivel de calidad es único. Francsico Parra, de "Travel-Fil" (de Banyeres de Mariola), quiso comprobar ayer los resultados con el tacto: "Compro al mes 150 toneladas de fibra para producir 130 o 140 de hilo; he viajado a Estados Unidos o a África, y como este algodón no he visto en ningún sitio -por color, por textura, por finura...-. Es el mejor de Europa seguro, y con el de Sevila no tiene nada que ver", aseguró. Sobre si su sector pagará un alto precio por esta calidad, consideró que los agricultores de la Vega "tienen que buscarse un distribuidor". No es el único reto al que se enfrentarán, pues ninguna de las dos desmotadoras que tenía la comarca está en funcionamiento. Pondrán ellos en marcha una, anunciaron. La apuesta es firme.

Desde la Asociación de Jóvenes Agricultores de Alicante (Asaja, que desde el inicio ha apoyado esta lucha), el secretario técnico Ramón Espinosa reconoció que sin subvención hay poco que hacer. La ayuda de pago único (como en el caso del maíz o los cítricos) de mil euros por hectárea y la de producto integrada de otros 400 euros vendrían a cubrir los gastos de cultivo, de modo que la materia prima resultante sería el beneficio.

El coordinador del proyecto y profesor honorífico de la EPSO, Joaquín Parra, explicó que el año pasado se plantó una parcela experimental en Daya Nueva con diez variedades de tipo egipcio y americano, y que las tres mejores se han llevado ahora a siete parcelas de una hectárea en siete municipios (Almoradí -donde ayer se realizó la demostración de recolecta-, Callosa de Segura, Dolores, San Fulgencio, Bigastro, Elche, y Daya Nueva): "Hemos dado un paso al frente porque esto es bueno para la Vega".