La Jefatura de la Policía Local de Rojales instruirá a sus 32 agentes en nuevas técnicas de tiro defensivo policial cuyo objeto no es otro que saber utilizar con la máxima precisión sus armas en situaciones consideradas como de elevado riesgo. Para ello, el nuevo modelo de entrenamiento se basará en una serie de actividades tanto físicas como psíquicas que imitan el método de supervivencia policial.

"Lo importante es poder volver a casa tras un trabajo bien hecho", señala el intendente-jefe, César Zaragoza, refiriéndose a los agentes de la Policía Local una vez que finalizan sus turnos en los que se pueden enfrentar a situaciones de extrema peligrosidad, algo que afortunadamente no ocurre muy a menudo y que por ello es preciso practicar. De ahí la obligatoriedad de que todos participen en los nuevos cursos de aprendizaje de estas técnicas.

"Se trata de iniciar una nueva etapa de formación. Se acabó el tiro de puntería porque es una situación irreal para la labor de la Policía Local. Hay que practicar simulando situaciones reales, "in extremis", a escasos metros del objetivo", señaló ayer Zaragoza tras una de las últimas prácticas de tiro de puntería que realizarán los agentes. En concreto, la práctica de habilidad de ayer se produjo para que ocho agentes de Rojales participen el próximo día 3 de diciembre en el campeonato de tiro policial "José Antonio Cañete", a celebrar en la ciudad de Elche.

El intendente jefe explica que un agente debe sacar su arma "únicamente cuando exista un riesgo real para su vida o para terceros, no para intimidar o para disparar contra un vehículo que huye" porque el proyectil, en estas circunstancias, no se sabe dónde impactará.

Aumentar el estrés

Uno de los principales objetivos que se intenta lograr con estas prácticas es que los agentes disparen como si se encontraran de una situación real; para ello, se procede a colocarlos en una situación de estrés, con las pulsaciones muy elevadas.

Para ello, se simula una agresión al agente mediante situaciones de baja luminosidad o destellos de los coches patrulla. También en las prácticas que realizarán se imitará una pérdida de sangre o cómo actuar en otro tipo de situaciones extremas, como cuando el arma se encasquilla en una situación de riesgo. Todo ello, según Cesar Zaragoza, para que en alguna situación "los agentes reaccionen y salven su vida porque no sabemos con lo que nos podemos encontrar en la calle".

En estas situaciones de riesgo máximo y a una distancia de entre 2 y 4 metros de su objetivo, el 90% de los agentes de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad fallan en sus disparos según estadística nacional y mundial, comenta Zaragoza. Y ello, añade, porque siempre las prácticas de tiro se realizan en situaciones de aparente normalidad, con los agentes relajados y preparados para hacer blanco sobre una diana estática y no contra un objetivo móvil, "reproduciendo situaciones irreales".

El intendente jefe señala que en situaciones extremas las pulsaciones de una persona se elevan hasta las 150 y 200 por minuto, en un sólo segundo, y el cuerpo se comporta de forma diferente, por lo que "hay que estar preparado y saber reaccionar en estos momentos límites donde se pierden capacidades".

Pérdida

Entre ellas, la perdida de la agudeza auditiva y de la capacidad de enfocar objetos, lo que hace creer al agente que el objetivo se halla a una distancia distinta a la real, produciéndose el error en el disparo, lo cual se traduce en posibles perdidas de vidas inocentes.