El temporal de viento del nordeste ha obligado la flota pesquera con base en Torrevieja a permanecer amarrada a puerto desde el viernes, interfiriendo también significativamente en las tareas de extracción de sal de la laguna salinera al hacer imposible la navegación por sus aguas de los remolcadores que arrastran las gabarras llenas hasta las instalaciones donde es lavada para su posterior apilamiento. Todas las previsiones apuntan a que esta situación se mantendrá, al menos, hasta mañana viernes cuando disminuya la fuerza del viento, cuyas ráfagas han alcanzado los 40 kilómetros a la hora, aunque han llegado a superar los 50 kilómetros.

Si en el sector pesquero las perdidas es imposible cuantificarlas, pues depende de las hipotéticas capturas, de la laguna salinera han dejado de extraerse estos en torno a las seis mil toneladas de sal. Y la sal en tierra, a decir de los salineros, siempre es dinero.

Por San José

Este temporal, que por periodicidad es calificado en el argot local como el "temporal de San José", que según el refranero "si no aparece antes, aparece después", ha sido provocado en esta ocasión por las típicas borrascas que suelen atravesar el Estrecho de Gibraltar. Llegan tras recorrer todo el Mediterráneo, desde Sicilia hasta la costa levantina, originando olas de esta 7 metros de altura, según los estudios realizados durante la dictadura de Primo de Rivera, cuando se construyó el rompeolas de Levante. La costa norte de Torrevieja, segregada en su día del PGOU para poder aprobarlo ante la falta de acuerdos sobre esta zona acantilada, al seguir sin urbanizar, es visitada estos días por muchas personas con el fin de contemplar las majestuosidad de las olas rompiendo contra las rocas.

Paradójicamente las características de este temporal han aportado, hasta ahora, toneladas de arena en las playas; sobre todo, en la de Los Locos al llegar las olas ya rotas a la orilla por estar el nivel del mar bajo debido a las altas presiones. En esta playa han influido positivamente las obras realizadas el pasado año con el fin de prolongar quince metros tierra adentro el espigón construido en 1988 con el fin de retener las arenas.