El cauce del Segura a su paso por Orihuela asumió a primeras horas de ayer, sobre las seis y media de la mañana, un pico de caudal de 130 metros cúbicos por segundo, el máximo recogido en la Vega Baja en los últimos ocho años, según indicaron ayer fuentes de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). En Almoradí se registraron en torno a 90 metros cúbicos por segundo. Se trata de una espectacular avenida de agua para un río que no sobrepasa habitualmente los cuatro o cinco metros cúbicos por segundo de caudal en Orihuela y uno en Rojales y «eso cuando hay agua».

Esta crecida se produjo al registrarse lluvias torrenciales en dos puntos muy concretos y cercanos a la Vega Baja: Aguas arriba de Orihuela, pero muy cerca de la ciudad, en la zona del Raal, Santomera y Beniel (en Murcia), lindando con la provincia de Alicante y aguas arriba del casco urbano de la ciudad de Murcia. Zonas en las que no hay embalses de regulación que han laminado la violencia de la crecida en otras ocasiones. En ambos puntos los pluviómetros han recogido cantidades superiores a los cien litros por metro cuadrados en 48 horas.

Afortunadamente a los aportes del Segura no ha llegado prácticamente nada de agua procedente de su afluente el Guadalentín, en cuya cuenca no se han registrado precipitaciones torrenciales, algo que hubiera complicado mucho la situación, ni tampoco de algunas de las ramblas de la Vega Media. También ha rebajado el posible impacto de la avenida que este gran aporte de caudal lo asumieran azarbes como el Merancho y el Reguerón, que discurren paralelos al Segura, en el límite de la provincia con Murcia.

El pico de 120 metros cúbicos por segundo se dio durante unas pocas horas. La riada tuvo el comportamiento de una ola. «Pasa de no haber nada de agua en el caudal a subir de repente y diluirse poco a poco para volver a su estado normal», según explicaba ayer el Comisario de Aguas de la CHS, Manuel Aldeguer. La crecida del río ayer, sometida a constante vigilancia por parte de los técnicos de la Confederación, no tuvo más consecuencias que el espectacular aspecto que presentaba su ribera desde Orihuela hasta la desembocadura del río y ya a mediodía el aporte de recursos se redujo a 20 metros cúbicos por segundo. En previsión de lluvias torrenciales la CHS realiza una limpieza del cauce en septiembre que ha evitado, por ejemplo, que las bardomeras –una «alfombra» con cañas, materia orgánica y otros residuos– se formen en esta ocasión. Un fenómeno peligroso y que en los últimos años, con menos precipitaciones que ahora había puesto en alerta a municipios como Rojales que tuvieron que emplearse a fondo para retirar estas bardomeras de ojos de puentes y otras zonas del cauce y así evitar que bloquearan el paso del agua. Aunque sí se vio gran cantidad de plásticos, sobre todo botellas.

Aumentan las reservas del Segura, el Tajo y del Júcar

Aunque todavía es pronto para saber la incidencia real de las lluvias de los últimos días en los embalses de las tres cuencas hidrográficas de mayor incidencia en la provincia, Tajo, Segura y Júcar, ya se conocen algunos datos respecto al incremento de agua acumulada en los embalses de los tres ríos. A la espera de que las filtraciones subterráneas de las áreas perimetrales de los pantanos de las tres cuencas finalicen, los datos manejados por el Ministerio de Medio Ambiente constatan que las tres cuencas han aumentado sus recursos. Los pantanos del Segura disponen de 592 hm3, cinco más que hace una semana. En el Tajo han aumentado en 58 hm3 acumulando 6.392. Y el Júcar cuenta con 16 hm3 más.