El Ayuntamiento tiene asumido que el traslado del mercadillo de los viernes a su nuevo recinto fuera del casco urbano no va a ser cuestión de unos pocos meses. Hasta el punto de que operarios de la brigada verde municipal estaban repintando ayer las indicaciones en la calzada de ubicación de los puestos. En octubre de 2010 se anunció que en un periodo de ocho meses la obra, que cuesta 5 millones y paralizada por los impagos del Consell, estaría terminada.