La Asociación Asila anunció ayer que podrá continuar su importante labor de acogida y formación de inmigrantes recién llegados a la ciudad en un local provisional. La presidenta de la entidad María Nubia compareció junto al edil del PP Tomás Ballester, que ha mediado en un acuerdo para usar parte de las dependencias de la ONG Esperanza y Vida en la plaza del Molino. Ese emplazamiento no está confirmado todavía.

La ONG agradeció esta mediación de Ballester y cuestionó el silencio del gobierno de izquierdas durante un año, en especial de la edil Carmen Morate. Asila tuvo que renunciar a su local en la calle Caballero de Rodas, en pleno centro, que alquiló por 1.700 euros mensuales. La propia asociación admite que ya arrastraba una situación económica complicada cuando lo arrendaron.

Asila dio a entender ayer que la administración debería sostener económicamente parte de su actividad, frente a la mayoría de ONG que intentan ser autosuficientes, a margen de acceder a subvenciones -si no tienen deudas con Hacienda-.