La lluvia, aunque débil, despidió febrero en la Vega Baja y permitió que algunos municipios, en sólo dos meses, hayan superado el 45% de su media anual. Las precipitaciones fueron posibles por la llegada a la comarca de un frente atlántico que ha barrido de sur a norte la Comunidad Valenciana. Las precipitaciones apenas sumaron ayer dos litros y medio por metro cuadrado, pero se acumulan a las recogidas en varios episodios durante estos dos primeros meses del año e invernales.

En algunos puntos, como es el caso de Dolores, los pluviómetros han registrado hasta 87,5 litros por metro cuadrado desde el 1 de enero. La media habitual de precipitación para todo el año en la Vega Baja se suele situar en torno a los 220 litros por metro cuadrado. En Guardamar esta cifra es mayor y ya se acumulan hasta cien litros por metro cuadrado, lo que supone algo más del 45% de la media anual.

Mientras que en la red de pluviómetros automáticos de aficionados a la meteorología de Torrevieja y de Orihuela (Proyecto Mastral y MeteOrihuela) estas cifras de precipitaciones se sitúan entre los 70 y 80 litros por metro cuadrado. Los datos son muy discretos en comparación con otras zonas del país o con los pluviómetros situados en el norte de la provincia, donde ya se superan los 250 litros, pero sí reflejan una tendencia (por una vez positiva) que no es la habitual el Bajo Segura. Por su parte, el Sistema Automático de Información Hidrológica en tiempo real de la Confederación Hidrográfica del Segura ha recogido a lo largo de la jornada 3 litros en puntos como el embalse de la Pedrera (Orihuela), en Jacarilla y en el casco urbano de Orihuela.

Mejor momento

Los chubascos de enero y febrero han llegado en el mejor momento. Cuando la situación de sequía en la cuenca del Segura (los embalses han retenido algo de esta agua en la cabecera pero se recuperan a un ritmo muy lento y siguen por debajo del 17% de su capacidad) ha restringido los riegos y lo que pasa por el río y las acequias es mínimo mientras el trasvase del Tajo sigue cerrado y los embalses están al 38% de su capacidad en esta zona.

Además, las bajas temperaturas y el hecho de que durante el invierno haya menos horas de sol permite que el aprovechamiento del agua y mantenimiento de la humedad en la tierra se prolongue. El invierno suele ser muy seco y con temperaturas frías pero con una incidencia de las heladas mucho menor que en otras zonas del interior de Alicante y Murcia. Los episodios de lluvias se concentran en primavera y otoño.