El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, y la concejala de Hacienda, Sabina-Goretti Galindo, informaron ayer que el ejercicio presupuestario de 2017 se ha cerrado con un superávit de 10.461.086 euros y un remanente de tesorería de 7.493.587 euros. Bascuñana, quien estuvo acompañado por el interventor municipal, Antonio Rosique, comunicó que «la liquidación del último año ha sido presentada en tiempo y forma cumpliendo así con los plazos previstos por el Ministerio de Hacienda», y añadió que esto es «gracias la eficacia en el trabajo y la gestión del área económica y del área de Intervención de nuestro consistorio».

El regidor oriolano aseguró que el remanente «pasará a ser una fuente más de financiación que emplearemos para cubrir las necesidades de todo nuestro municipio, de la costa, de las pedanías y del casco». Bascuñana destacó que este es el segundo año consecutivo con un remanente de tesorería positivo que permite utilizarlo para inversiones financieramente sostenibles, «gracias al trabajo interno que este equipo de gobierno ha realizado en estos dos últimos años, con regularizaciones de cuentas e incorporaciones de partidas como los doce millones que arrastraban de la anterior legislatura por el Real Decreto de pago a proveedores de 2012».

Por otra parte, el primer edil manifestó también que el Ayuntamiento de Orihuela y la Concejalía de Hacienda han cumplido con los parámetros de estabilidad presupuestaria, regla de gasto, y endeudamiento financiero. En los tres parámetros los datos de 2017 «son con diferencia más positivos que los del año 2015».

El alcalde también avanzó el último dato del periodo medio de pago a proveedores, que se sitúa en en 25,387 días, siendo el dato más bajo desde septiembre de 2014, cuando en la anterior legislatura se situaba en 83,54 días.