El Ayuntamiento de Torrevieja ha valorado en 622.000 euros la adquisición directa de un edificio de planta baja y tres alturas situado en la calle Clemente Gosálvez 24, sobre una parcela de 164 metros cuadrados. El objetivo de la compra es la ampliación de la Casa Consistorial en la plaza de la Constitución, cuya parcela interior colinda con este inmueble. En el expediente figuran dos tasaciones de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria en las que se dice que la parcela es la única de la manzana que cumple con las condiciones para ampliar el Ayuntamiento, y se alude a la necesidad de espacio como consecuencia del covid para justificar esta operación inmobiliaria a través de un procedimiento de licitación que recae necesariamente en una única oferta, la de los propietarios del inmueble, y que se va a sufragar con el superávit del presupuesto de 2020, liberado por el gobierno central al suspender la normativa fiscal de ajuste de gasto público por el covid.

El expediente señala que el Ayuntamiento debería resolver pronto la compra ante la posibilidad de la transmisión a un tercero de las viviendas y justifica la adquisición, además en la ampliación, en que el Consistorio necesita más espacio por el covid

El municipio tiene previsto esta adquisición mientras mantiene cerrado desde 2014, y sin reformar, el antiguo edificio del Ayuntamiento en la plaza de la Constitución, que también linda con el actual. El informe firmado por el director general de Urbanismo, Víctor Costa, mete prisa al gobierno local asegurando que la compra es urgente porque existe riesgo de transmisión a terceros de alguno de los pisos, según se deduce de esa afirmación, ahora en manos del mismo propietario. Pese a contar con estos datos, el equipo de gobierno del PP eludió desvelar el valor de la tasación y el objetivo del procedimiento cuando dio cuenta en rueda de prensa de este acuerdo hace un par de semanas.

Este procedimiento y el de compra por 800.000 del edificio protegido de la Fábrica de Hielo toman velocidad de crucero mientras el gobierno local tiene empantanados, pese a sus esfuerzos por sacarlos adelante, asuntos prioritarios desde que comenzó el mandato hace dos años y cinco meses: los nuevos servicios de recogida de basuras o bus urbano, obsoletos y sin contrato desde 2016 y 2013 respectivamente, o el ambicioso plan de inversiones de pluviales, que requiere una prórroga a la empresa del ciclo integral del agua por 20 años sin mediar concurso.

La oferta de los propietarios de la Fábrica de Hielo se queda 200.000 euros por debajo del valor de tasación del arquitecto municipal, - que supera el millón de euros-, quizás por la limitación de edificar más alturas de las actuales por la protección patrimonial que el confiere el PGOU. Para la propiedad de Clemente Gosálvez la propuesta municipal es más generosa. Los propietarios solo han rebajado en mil euros la tasación oficial municipal de 623.000.

Ambas adquisiciones para el patrimonio municipal han sido impulsadas por el alcalde Eduardo Dolón, que es a la sazón concejal de Urbanismo, a través de la dirección general de Urbanismo, a la que delegó la mayor parte de sus competencias, y por las concejalías de Contratación y Patrimonio, que rubrican el inicio del expediente.

EDIFICIOS PROTEGIDOS QUE (AHORA) SÍ MERECEN LA PENA CONSERVARSE

En el expediente para la adquisición de la Fábrica de Hielo, también a licitación, se señala que se trata de un edificio construido a principios del siglo XX, referente del patrimonio industrial de Torrevieja para suministrar hielo a las actividades de la pesca y las salinas. El técnico que justifica la compra por parte del Ayuntamiento señala por primera vez en un informe la importancia de la conservación del patrimonio para la ciudad y que la legislación urge a la administración a velar porque se mantenga en pie aunque esté en manos privadas. En este sentido sugiere las dificultades de la propiedad, que lleva más de veinte años intentando vender el edificio, para llevar al día las tareas de mantenimiento sobre un recinto sin uso desde hace más de medio siglo 300 metros de parcela y 500 construidos, y la necesidad de comprarlo al haber sido incluido en el ámbito del proyecto de remodelación de las Eras de la Sal, en el que el característico inmueble triangular acogería la nueva oficina de turismo.

Un interés inédito por la conservación del patrimonio local firmado por el director general de Urbanismo, que llega tarde para otros ejemplos del patrimonio local. Es el caso la Casa y Torre de los Balcones, protegida en el mismo PGOU que la Fábrica de Hielo y también en manos privadas, que es ya prácticamente historia sepultada entre sus propios escombros ante la pasividad municipal que permitió un nivel de deterioro que ha aprovechado la empresa propietaria para conseguir por la vía judicial la declaración de ruina y poder ejecutar su urbanización futura como hotel. Una nueva visión de la defensa del patrimonio financiada a golpe de superávit y con informes de tasación fechados hace más de seis meses.

Como avanzó INFORMACIÓN la partida de diez millones para compra de patrimonio procedente de los remanentes de tesorería de 2020 -que se pueden emplear gracias a la suspensión de las normas fiscales por el covid- contrasta con el estado de conservación y uso de varias propiedades situadas en el centro del casco urbano y que forman parte del patrimonio municipal sin uso.

La vivienda tradicional de planta baja y una altura (319 metros cuadrados) del número 20 de la calle Azorín -el Ayuntamiento se desprendió a cambio de esta propiedad del terreno público en el que una empresa construyó un tanatorio en el polígono Casagrande-; la manzana del antiguo hospital de la Monjas (755 metros cuadrados con 1.342 construidos en planta baja y una altura), o el propio edificio del Ayuntamiento viejo (233 metros cuadrados y 554 construidos), todos en el centro de Torrevieja, son ejemplos de ello. La casa de la calle Azorín está cerrada desde su compra en 2011 y alberga una colonia felina. El edificio del antiguo hospital apenas tiene actividad y presenta muchos problemas de conservación, y el edificio del antiguo ayuntamiento sigue cerrado desde 2014. También hay patrimonio municipal infrautilizado como el edificio multiusos de la avenida de las Habaneras -antes conocido como nuevo museo de la Semana Santa- abierto parcialmente para algunas entidades locales culturales, sin licencia de apertura, y sin uso en la mayor parte de sus plantas, que podrían acoger dependencias municipales.