El nuevo equipo de gobierno ha desembarcado este martes en el Ayuntamiento de Orihuela después de que prosperara la moción de censura que ha convertido a la socialista Carolina Gracia en alcaldesa tras aliarse con Ciudadanos para desbancar a los populares. Los concejales de ambas formaciones políticas han tenido su primera jornada de trabajo conjunto que se ha centrado en la organización y la distribución de despachos. Los socialistas han visitado las concejalías y han tenido una toma de contacto con las instalaciones, el personal y funcionariado, así como las cuestiones administrativas y técnicas como cuentas de usuario y contraseñas. Todo ello con la sensación generalizada de "estar aterrizando" y "una transición tranquila y fluida" que se ha llevado con "total normalidad", han asegurado los ediles.
En palabras de la socialista María García, "sobre todo nos hemos ubicado", al mismo tiempo que ha lamentado que "los tiempos en la administración no son tan rápidos como nos gustaría". De hecho, estaba previsto que este martes se anunciara el organigrama, con la delegación de competencias y los nombres de quienes dirigirán las distintas concejalías; sin embargo, te ha tenido que aplazar al día siguiente por cuestiones técnicas. "Sabemos que hay mucha expectación, tanto en la calle como en el funcionariado, por ponernos cara y saber a quién tienen que dirigirse para abordar las cuestiones pendientes y asuntos de interés, y queremos trasladar la ilusión que tenemos por ponernos a trabajar lo antes posible", ha añadido.
Los naranja mantienen sus competencias en Recursos Humanos, Infraestructuras, Cultura, Seguridad Ciudadana y Urbanismo, aunque ceden Educación al PSOE a cambio de Festividades, mientras que los socialistas (6 concejales) asumen las responsabilidades que tenían asignadas los populares (9 ediles). Eso sí, con un PSOE en minoría que obliga a reagrupar concejalías, por ejemplo, se unifica Comunicación y Protocolo.
Ambos partidos han pactado que el área de Contratación sea, según ha definido García, "más abierta y con una gestión fluida", transversal a todos los departamentos -aunque se mantendrá la concejalía específica que hasta ahora dirigía Sabina-Goretti Galindo (PP)-, con el fin de evitar que se produzcan "los problemas y el caos" que se estaban dando en la anterior etapa y para que "el criterio técnico prevalezca sobre el político", ha proseguido la edil.
Aún sin hacer público el acuerdo, tanto PSOE como Ciudadanos han insistido en que la primera medida del bipartito, como ya avanzó este diario, es aprobar un presupuesto, que se llevará a un pleno extraordinario en los próximos días, ante la urgencia de sacar adelante una herramienta básica en la gestión de una corporación local y que en este caso llevan prorrogados desde 2018 ante la imposibilidad de haber alcanzado un acuerdo durante cuatro años.
También han subrayado que se trata de un proyecto realista y pragmático que se ajusta al año que resta antes de las elecciones municipales de mayo de 2023, teniendo como prioridad lo social, con ayudas a los colectivos en riesgo de exclusión, con especial atención al sector de la discapacidad, y con el objetivo de aumentar el parque de vivienda pública, así como la reactivación económica con apoyo a emprendedores y empresas y al comercio. Sin olvidar el interés por recuperar el casco histórico y mejorar pedanías y costa, poniendo énfasis en el abordaje de las playas desde un punto de vista turístico y medioambiental, además de una gestión más eficiente de los residuos.
En cuanto al área de Urbanismo, se ha hablado de retomar el PGOU, que data de 1990, y de protección del territorio, aunque en este punto puede haber discrepancias y tensiones entre Ciudadanos, PSOE y Cambiemos, que no ha entrado en el gobierno pero ha apoyado la moción mediante un acuerdo con el grupo socialista. En este sentido, las dos grandes polémicas son el Plan de Acción Territorial de la Vega Baja que prepara el Consell para poner orden al crecimiento urbanístico de la comarca, que, a juicio de la formación naranja, lastra el futuro de la zona, y el proyecto de urbanización en Cala Mosca, el último kilómetro de costa virgen del municipio donde está prevista la construcción de más de 2.000 viviendas.
Por otra parte, pocos cambios se avecinan en el grupo municipal del PP, según ha avanzado Rafael Almagro, que se mantendrá como portavoz. Al respecto, Emilio Bascuñana al término de la moción de censura solo dijo que estará como un miembro más en la bancada de la oposición -"si Dios quiere"- en el próximo pleno ordinario que se celebrará este jueves y que escenificará la nueva composición de gobierno solo tres días después de que Gracia haya asumido el bastón de mando.
"Estaremos en la oposición haciendo seguimiento de todos los asuntos que les hemos dejado listos para servir", ha añadido Almagro, que también ha hecho hincapié en que "a buen seguro Ciudadanos expulsará a sus ediles oriolanos o se tendrán que ir", en referencia a que el partido no ha apoyado la maniobra para echar a Bascuñana de la Alcaldía. Además, el portavoz popular ha sostenido que en estos meses "cabe la posibilidad de que Gracia los cese y dé entrada a Cambiemos".
Mientras, el PSPV-PSOE, con el aval de Ferraz, ha suspendido el proceso para renovar liderazgos del partido en Orihuela, ya que considera que no es momento de iniciar batallas internas, después de que el exconcejal Antonio Zapata presentara hace unos días las líneas maestras del programa con el que apuntala su candidatura a la secretaría general de la formación en el municipio.
