La primera tormenta torrencial del otoño del pasado lunes apenas dejó en Torrevieja 50 litros por metro cuadrado en las zonas donde más llovió. Eso sí, descargados en solo una hora. Anegó avenidas, atrapó a conductores en sus vehículos y generó numerosos incidencias a lo largo y ancho del casco urbano y las urbanizaciones atendidas por los Bomberos, Guardia Civil y Policía Local. Pero también en zonas donde el Ayuntamiento se ha empleado a fondo en los últimos años en paliar los efectos de estos episodios torrenciales, como es el extremo norte de la playa de Los Locos en el «222» o las avenidas de Rosa Mazón y Delfina Viudes, donde se han enterrado millones de euros en infraestructuras de pluviales en la última década.

Por ejemplo, empresa de gestión del ciclo integral del agua invirtió 300.000 euros a finales de 2020 en la mejora de la evacuación de aguas pluviales en la confluencia de las avenidas Roentgen y Mariano Ruiz Cánovas- en el "222", el extremo norte de la playa de Los Locos-. Agamed ubicó un cajón subterráneo de grandes dimensiones a lo largo de la avenida Roentgen, que separa el residencial El Palmeral y Aldea del Mar, con unos 175 metros de longitud.

La tormenta anegó el vial, arrastró la mesas y sillas de las terrazas de hostelería, varios contenedores, una docena de patinetes eléctricos en alquiler, toda la arena de ese tramo de la playa e incluso, en un efecto poco habitual, llegó a arrastrar dos vehículos a lo largo de la calle. Este tramo de la avenida que discurre en paralelo a la playa ha sido objeto de numerosas obras a la lo largo de los últimos 40 años para evitar estas inundaciones. Pero no ha funcionado.

En 2010 el Ministerio de Medio Ambiente llevó a cabo una inversión muy importante con un sistema de drenaje que además permitiera que el agua arrastrada en este tipo de episodios no erosionara la playa. Y ubicó una solera de piedras de gran tamaño y peso para evitar se perdiera más playa. También construyó seis colectores de 80 centímetros de diámetro que conectan la zona superior de la avenida y el paseo con la playa a través de una rejilla de evacuación que se extiende a lo largo de la confluencia de las dos avenidas.

La última obra es la ejecutada por Agamed, participada en un 26% por el Ayuntamiento. Una obra que sí que permite que una vez que deje de llover el agua no se acumule en los viales y pueda evacuar al mar pronto pero no evita la inundación. La inundación el "222" se produce desde hace más de 40 años.

Uno de los vehículos atrapados por la acumulación de agua en la avenida de Rosa Mazón a la altura de Ozone y el CC Habaneras vega

El problema de inundación se deriva del enorme crecimiento urbanístico que ha experimentado la cuenca vertiente de casi tres kilómetros cuadrados con miles de viviendas sin red propia de pluviales a la que van a parar las aguas por gravedad hasta el «222».

Otra zona, junto a las «clásicas» de Las Torretas -con algo menos de incidencia esta vez en La Torreta Florida- y Doña Inés, donde los problemas de inundación son cada vez más graves es el tramo de la avenida de Rosa Mazón a la altura del Centro Comercial Habaneras y Ozone, sin que el Ayuntamiento haya logrado avanzar en el plan integral de pluviales por problemas administrativos, aunque sea con financiación propia.