La presencia de personas sin hogar en el centro de Torrevieja se ha hecho todavía más patente en los últimos meses. En torno a una veintena de «sin techo» buscan acomodo en portales, parques, plazas y cajeros automáticos. En algunos casos en primera línea de la costa.
Servicios Sociales
El Ayuntamiento no puede ofrecer una alternativa con un albergue de transeúntes , ni más recursos que la presencia puntual de la Policía Local. Pero los agentes poco más pueden hacer que limitarse a remitir los casos a los Servicios Sociales municipales cada vez que se produce alguna incidencia, normalmente llamadas de vecinos que se encuentran ocupado el portal de acceso a su edificio.
La falta de cobijo y recursos tiene ahora uno de sus máximo exponentes de la precariedad, más allá de la ocupación de viviendas vacías o de lugares de la vía pública, en las calas de Torrevieja donde se pueden encontrar varias ubicaciones de refugios improvisados entre las rocas. Desde la Cala de Los Trabajos a la Cala del Moro. Uno de los más llamativos es el situado entre la Punta del Salaret y la Cala Cornuda, con el edificio Luz Mar de fondo.
La imagen de un colchón, una silla, lo que parece una tienda de campaña y una amalgama de enseres amontonados entre las rocas del acantilado se ha dado a conocer por vecinos de la zona a través del portal Todo Torrevieja.
Paseantes
Un emplazamiento que además de estar expuesto a la mirada de los paseantes -las calas es uno de los lugares de esparcimiento preferidos para los visitantes en primera línea del mar-, no está exento de peligro. Las olas rebasan fácilmente la altura a la que está ubicado este refugio improvisado en caso de temporal.
Realidades y redes sociales
Lo ocupa una persona indigente de nacionalidad española que se oculta como puede de la curiosidad de los demás tapándose con una manta, porque muchos se acercan todavía a la zona para tomar un baño, tumbarse al sol o subir sus mejores postales de Torrevieja en redes sociales. Y claro, pueden «descuadrar» la foto. Es sin embargo la realidad de muchos en la ciudad. Sin recursos, arrastran en ocasiones problemas de adicción cuando no psiquiátricos y con historias personales que suelen hablar de pérdidas.