Mona y campo en Torrevieja para celebrar San Vicente Ferrer

Vecinos del municipio pasan la jornada festiva en la pinada de Lo Albentosa con viandas y la tradicional mona tras la procesión del Comulgar

Loreto Mármol

Loreto Mármol

Varios grupos y familias enteras han celebrado el día de San Vicente Ferrer en la pinada de Lo Albentosa en Torrevieja, dentro del Parque Natural de la laguna de La Mata y bautizada como Área Recreativa "Eduardo Gil Rebollo" -en recuerdo del concejal matero-, que ha recibido un millar de peticiones de acampada para pasar estos días que cierran el ciclo de la Cuaresma y la Semana Santa. Así, después de la procesión del encuentro, se celebró el primer día de Pascua de monas, y este lunes, tras la procesión del Comulgar, el municipio se ha vuelto a echar al campo.

Campistas y visitantes han ocupado las mesas con las tradicionales y típicas viandas como tortillas, fritos, embutidos y habas tiernas, sin que haya faltado la mona con la onza de chocolate, en un día soleado y primaveral con suaves temperaturas.

Como recuerda Francisco Sala Aniorte, cronista oficial de Torrevieja, en la ciudad las noticias más antiguas referentes a la mona de Pascua aparecen en el semanario torrevejense "El Pueblo", en el año 1913: "Tenemos una suerte con tener esta costumbre tan pintoresca tan agradable. Porque quien no sepa lo que es un día de mona no sabe lo que es cosa buena". El mismo escrito subraya que incluso el Carnaval parece un cortejo fúnebre y la Navidad, con sus panderetas y sus zambombas, un día de luto en comparación con la alegría que tienen estos días de Pascua. Y es que "en casa la mona parece pan, y en el campo es gloria".

Según la tradición, los lugares donde celebrar la Pascua de Mona solían ser parajes naturales, la cueva de la Tía Roqueta, las calas del Torrejón, las playas, Ferrís, la dehesa de Campoamor y la pinada de La Mata, donde los vecinos iban a merendar andando en cuadrilla o en carros repletos de capazos de esparto con comida, vino de La Mata y anís seco para la paloma. Durante toda la tarde, se jugaba a saltar la cuerda, el pañuelo y volar la cometa, sin echar en falta el bailar y cantar.