El canal de Abanilla y la presa de Santomera evitan que la avenida del río Chícamo afecte a la Vega Baja

El caudal alcanzó los 86 metros cúbicos por segundo tras las tormentas en Murcia el domingo pero fue desviado por infraestructuras contra inundaciones aguas arriba de Benferri

Vista del cauce de la Rambla de Abanilla-río Chícamo. Al fondo la sierra de Orihuela

Vista del cauce de la Rambla de Abanilla-río Chícamo. Al fondo la sierra de Orihuela / TONY SEVILLA

D. Pamies

D. Pamies

El canal de Abanilla y la presa de Santomera han evitado que la súbita crecida del cauce del río Chicamo-rambla de Abanilla, debido a las lluvias registradas el pasado domingo en la comarca del Noreste de la Región de Murcia, llegase a la Vega Baja.

El primer municipio en la Vega Baja al paso de esta rambla de gran capacidad es Benferri para desembocar en una extensa zona de sacrificio situada entre las sierras de Orihuela y Callosa, en torno al polígono Puente Alto, Redován y Escorratel (Orihuela).

Obras de reparación del azud de la Rambla río Chícamo-Abanilla a su paso por el azud de Benferri

Obras de reparación en 2019 del azud de la Rambla río Chícamo-Abanilla a su paso por el azud de Benferri / TONY SEVILLA

Pluviómetros

Según los pluviómetros de la red del Sistema Automático de Información Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Segura, los datos más relevantes en el entorno del río Chicamo corresponden los 60,2 mm registrados en los Baños de Fortuna; los 38,2 en La Zarza de Abanilla o los 17,7 mm captados en la pedanía abanillera de Macisvenda -muy cerca de Barbarroja (Orihuela)-.

Todos estos caudales, junto a otras vertientes al Chicamo, dieron lugar a una punta de caudal de 86 m3/s. Todo ese volumen se pudo derivar por el canal de Abanilla hacia el embalse de Santomera, evitando que esa punta llegara a la parte baja de la rambla de Abanilla y finalmente a la laguna de inundación que se produce al entrar la rambla en la Vega Baja a la altura de Orihuela.

Infraestructuras antiguas

El canal de Abanilla es una infraestructura realizada en el plan contra avenidas de finales de los años 90 del pasado siglo. La presa es más antigua., se terminó en 1968 y se levantó para evitar las avenidas de la rambla Salada en el municipio de Santomera. Es decir, no son inversiones contra riadas recientes. Ambas infraestructuras han impedido que las riadas de la peligrosa rambla, capaz de evacuar hasta 500 metros cúbicos por segundo, haya afectado a la comarca en muchas ocasiones desde que se pusieron en marcha.

Pero en la DANA de 2019 fueron muy insuficientes para laminar la avenida del río Chícamo y el impacto de la rambla tuvo consecuencias materiales catastróficas en el polígono Puente Alto, la vía rápida que une la A-7 con Orihuela, Escorratel y el Palmeral. La presa de Santomera asumió más de 25 hectómetros derivados desde Abanilla y tuvo que abrir sus aliviaderos de forma urgente, lo que provocó inundaciones en zonas de la huerta de la Vega Baja hasta Ociopía. Todavía así, por su cauce natural, la rambla dejó en la Vega Baja casi 20 hectómetros, superando el azud de Benferri e inundando toda la llanura comprendida entre la A-7 y Puente Alto.

La que sí es reciente es la obra de reparación del azud de Benferri con una inversión de dos millones de euros, que además mejoró su capacidad

Doblar la capacidad

La actual infraestructura hidráulica existente ha sido capaz de contener y gestionar la crecida del río Chicamo. No obstante, la CHS proyecta la mejora de las defensas contra crecidas en esta zona de la cuenca del Segura.

El Plan de Gestión de Inundaciones (PGRI) recoge las obras de defensa y restauración ambiental de la rambla de Abanilla. También tiene previsto el desdoblamiento del túnel de acceso al embalse de Santomera del canal de Abanilla, y la creación de zonas de inundación controlada y corredores verdes, que limiten los daños en futuras DANAS en la Vega Baja, ya que los caudales circulantes por la rambla de Abanilla no pueden incorporarse al cauce del río Segura hasta su desembocadura en Guardamar.

Actuaciones

"No pueden incorporarse", como dice la CHS, porque la desembocadura del Chícamo-rambla de Abanilla con el Segura ha sido ocupada por actividades como el polígono industrial Puente Alto, además de otras fuera de ordenación como el aparcamiento de una empresa concesionaria de vehículos y porque la suma de ese caudal provocaría más problemas aguas abajo en la propia ribera del Segura en caso de riada.

Dentro del PGRI, la CHS tiene prevista una serie de actuaciones para el periodo 2022-2027 para obras con las que reducir las inundaciones en la comarca de la Vega Baja. Algunos de estos proyectos son los corredores verdes para la canalización de escorrentías, y la presa y canal de desagüe en la rambla de Tabala.

Azudes y represas

A lo largo de la rambla entre Abanilla y Benferri existen infraestructuras hídricas realizadas en su día para reaprovechar el agua y que al mismo tiempo servían para laminar las avenidas. Azudes que fueron abandonados por el sector agrícola con la llegada de los caudales del trasvase Tajo-Segura en los años 80.