Un encuentro con la historia reciente de las salinas de Torrevieja

La Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas de Torrevieja (NCAST) quiso tener este miércoles un gesto de reconocimiento a los salineros que trabajaron en el salmueraducto que une el domo salino de Pinoso con la laguna de Torrevieja y que ha cumplido este año medio siglo de historia. En Pinoso ya se realizó hace unos días un acto de recuerdo y homenaje a aquel acontecimiento que revolucionó la producción salinera torrevejense y aseguró el sueldo anual para unos trabajadores salineros que hasta entonces y de manera secular, habían tenido solo la condición de temporeros.

Mirador de sal

Este miércoles una veintena de antiguos salineros procedentes de Pinoso y una representación de salineros torrevejenses, entre ellos responsables del comité de empresa, acudieron al popular mirador turístico de la montaña de sal para rememorar la puesta en marcha de una infraestructura que ha permitido garantizar mayor volumen de producción de sal y, en la mayoría de los ejercicios y con permiso de las lluvias torrenciales, trabajar durante todo el año en las salinas torrevejenses.

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Al encuentro también acudieron el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón y la concejal de Turismo, Rosario Martínez, además del director técnico de las salinas Joseph Pérez, que forman parte del grupo empresarial francés Salins Ibérica.

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Treinta empleos

Los trabajadores de Pinoso recordaron cómo la instalación, que transporta aguas saturadas de salmueras extraídas de pozos de bombeo del domo salino en Pinoso, llegó a emplear a casi 30 personas cuando comenzó su andadura en el año 1973. Al pie de la garbera estuvo también un testigo de excepción del momento, Vicente López Quesada, que a sus 91 años le cabe el honor de haber inaugurado la conducción, extraoficialmente eso sí, la noche antes de la ceremonia de apertura prevista a cargo de las autoridades. Obligado por el peligroso aumento de la presión acumulada que apuntaban los indicadores de las tuberías, y con el permiso de los responsables, "abrió el grifo" para que la sal diluida comenzara su extraordinario viaje hacia la laguna torrevejense. Lo hicieron además en tertulia, degustando los mejores productos de salazones de Torrevieja ofrecidos por Ociomar, la empresa que ha abierto camino a otros usos del espacio, con la experiencia gastronómica y turística en el complejo salinero.

Por gravedad

El salmueraducto, una tubería que recorre 70 kilómetros y traslada por gravedad las salmueras hasta la zona noreste de la laguna torrevejense en Los Montesinos, tenía como objetivo elevar la media de producción salinera anual de unas 400.000 toneladas a casi un millón. Y supuso todo un reto tecnológico, comenzando por la propia conducción de líquidos altamente corrosivos y terminando por un largo trazado de tubos que hubo de adaptarse a las características topográficas y edáficas de la zona.

Como ha ocurrido a lo largo de la historia de la explotación, y como recordó la responsable del departamento de Turismo de la NCAST, Ana Raquel López, la salinera siempre ha contado con trabajadores conocedores de la industria que han adaptado la tecnología a las necesidades extractivas y de transporte. Lo hizo en el caso de la cinta de la sal, el "pájaro" para apilar la sal, el lavadero, la máquina cosechadora o los remolcadores que deben recorrer el espejo de agua sin remover el fondo.